Ficha técnica
Real Zaragoza: Rebollo; Gámez, Francés, Jair, Gabi; Zapater, Francho, Bermejo (Grau 85'), Vada (Lluís López 90'); Mollejo (Eugeni 90') y Simeone (Puche 77’).
SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Jorge Pulido, Rubén, Florian; Kento (Sielva 87'), Timor (Salvador 56’), Gerard Valentín (Soko 82'), Vilarrasa (Joaquín 56’); Escriche (Villar 82') y Carrillo.
Goles: 1-0, minuto 3: Francho. 2-0, minuto 14: Simeone. 3-0, minuto 93: Vada.
Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité castellano-manchego). Sagués Oscoz (VAR). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Jair y a Carrillo, Kento y Villar por el Huesca.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 20 de la Liga Smartbank disputado en La Romareda ante 20.511 aficionados en una fría noche en la capital aragonesa.
El fútbol es más sencillo de lo que parece. El Huesca cometió dos errores en la primera parte y encajó dos goles. Volvió a sumar otro más en la segunda mitad, ya cuando el partido moría, y recibió el tercero. Simple. El Real Zaragoza se llevó el derbi aragonés en La Romareda ante un público entregado con los suyos y un rival, el equipo altoaragonés, que precisamente no fue ni la sombra de un rival. Sigue la pesadilla lejos de El Alcoraz para un equipo irreconocible cuando sale de casa. Siguen siendo 6 puntos -ahora de 30 posibles- como visitante porque tan solo es capaz de ganar de una forma.
Partía Cuco Ziganda con cinco cambios en su once inicial respecto al último partido frente al Andorra, con Escriche-Carrillo en la punta de lanza, Timor en el centro junto a Kento, Valentín en banda derecha y Rubén de pareja de central junto con el capitán, enmascarado. Para sorpresa de muchos y después de la exhibición del miércoles, Cristian Salvador esperó desde el banquillo su turno. Sin embargo, aunque hubo cambio de piezas, todo hacía indicar que el plan a seguir y la ruta de partido sería la misma que el pasado miércoles. A esperar juntitos las embestidas y a esperar el momento. Sin embargo, la portería a cero apenas duró tres minutos.
Un disparo cruzado de Francho al palo derecho de Andrés sirvió para hacer el primero al Zaragoza. El despeje anterior de Ratiu, al balcón central del área, con el exterior, es un insulto al fútbol. Una patada al diccionario de este deporte. Además, la defensa estuvo demasiado pasiva a la hora de tapar el disparo.
El Huesca salió como un flan. La Romareda presentó un ambientazo y a los azulgranas les costó asentarse. Una conducción de Valentín terminó con una pérdida en el centro del campo. Mollejo la atrapó, disparó cruzado con la zurda y Rubén la despejó a córner. En ese mismo saque de esquina, antes del cuarto de hora, Simeone remató un balón tras un rechace al fondo de las mallas. Sin respuesta.
El partido se calentó todavía más por una tangana en el área de Rebollo tras una internada por banda derecha de Gerard Valentín. Lo mejor llegó por ahí, por el costado por el que cabalgaban Ratiu y Valentín. En una de esas, un centro del rumano encontró la cabeza de Escriche en el corazón del área. El delantero remató muy bien y el cuero se marchó rozando el palo. La más clara hasta entonces de los altoaragoneses. Con un disparo seco de Vilarrasa que sacó bien Rebollo y un mano a mano de Simeone con Andrés que quedó invalidado por fuera de juego terminó el primer acto.
A los diez minutos de la segunda parte Ziganda tuvo que rectificar dando entrada a Salvador y Joaquín. Se marcharon Vilarrasa y Timor. A la hora de juego, el colegiado principal se lesionó y tuvo que entrar en su lugar el cuarto, Pérez Peraza. Algo poco visto en el fútbol pero que, en ocasiones como esta, sucedió. Entre eso y las constantes interrupciones de los blanquillos apenas se jugó al fútbol. Una retahíla de jugadores por el suelo que acabó por desesperar a los azulgranas.
Lo intentó de todas las maneras el Huesca pero en un versión más inoperante apenas le hizo cosquillas a un Zaragoza que jugaba con el resultado a favor. Joaquín daba alguna pincelada desde la izquierda que hacía recular a los locales, aunque sin demasiado miedo. Por si fuera poco, las acciones a balón parado fueron horribles. Para olvidar. De 13 saques de esquina dispuso el Huesca: los de la primera parte fueron casi todos olímpicos y Rebollo estuvo acertado a la hora de meter el guante y despejar. En la segunda, algunos flojos y otros sin sentido lógico.
Para colmo, el Huesca cometió un penalti en la recta final del choque por una mano de esas tontas de Juan Villar en un salto dentro del área. Vada se encargó de transformarlo para poner el tercero y desatar la locura en La Romareda. Derrota contundente y merecida de un Huesca tembloroso y sin respuesta en el derbi aragonés que se prometía muy parejo pero que terminó con un solo equipo sobre el césped.