FICHA TÉCNICA
Bidasoa Irún: Jakub Skrzyniarz, Xavier González (3), Rodrigo Salinas (4), Marko Jevtic (2), Gorka Nieto (4), Tito Díaz (5), Xavi Tua (3), Ignacio Peciña, Dariel García (4), Esteban Salinas (3), Julen Mujica (2), Piotr Mielczarski (1), Mario Nevado (1), Nacho Valles, Leo Maciel (portero suplente).
Bada Huesca: Gabor Decsi: Rafael Paulo (5), Yoel Cuní (3), Ignacio Suárez (1), Artur Parera (1), Frank Cordiés (4), Daniel Pérez (5), Ian Moya (2), Drasko Nenadic, Charly Pérez, Aurelien-Morgan Tchitombi (1), Samuel Cordiés (2). Fradj Ben Tekaya
ÁRBITROS: Jesús y Jorge Escudero Santiuste. Excluidos los locales Ignacio Peciño y los visitantes Artur Parera, Frank Cordiés, Ian Moya (2), Yoel Cuní
INCIDENCIAS: Pabellón de Artaleku de Irún, con una entrada discreta.
Parciales cada 5 minutos: 2-3, 3-5, 7-6, 11-7. 14-9, 16-13 (descanso) , 19-15, 23-16, 24-18, 27-19, 29-21 y 32-24 (final).
La instrucción de José Nolasco era clara. Si Bidasoa corre, hay que correrles. Y así se ha planteado el partido, pero ha durado la ventaja y la igualdad lo que ha durado el combustible de un equipo que, en terminología del míster, acusa esta larga racha de parches con los que resulta difícil competir. La ineficiencia ofensiva ha condenado a los oscenses ante un equipo con infinito fondo de armario, en el que no hay ni tiritas. Habrá que mirar a otros equipos más propicios. Los grandes se le hacen enormes a Bada. Pese a una cierta igualdad estadística, el acierto decide. La buena nueva es la del pleno de goles de penalti.
El arranque de los de rojo ha sido realmente fulgurante, con goles de Daniel Pérez de penalti, Ignacio Suárez y Frank Cordiés en los tres primeros minutos, con Gabor Decsi marcando ya territorio con una espléndida intervención. Ha tardado más de tres minutos en estrenarse el poderoso equipo irundarra por medio de Gorka Nieto, pero no se ha descompuesto el cuadro de Nolasco, que ha seguido martilleando con Rafael Paulo en dos ocasiones (2-5). Ha sido el momento en que los de Mozas se han puesto en modo pilón aprovechando sendas exclusiones de Artur Parera y Frank Cordiés.
No quería José Nolasco que ocurriera como en otros partidos en que las pérdidas penalizan al equipo y ha pedido tiempo muerto (16:01). Los dos porteros, Skrzyniarz y Decsi, estaban entonados. Los vascos se marchaban con su extraordinario fondo de armario hasta el 14-8 y los últimos cinco minutos se ha producido la reacción con el protagonismo de Rafael Paulo (2), Frank Cordiés y Tchitombi. Al descanso, tres de ventaja para los locales (16-13).
OBJETIVO DEL CONTROL
Apenas ocho minutos después de la reanudación, José Francisco Nolasco se veía obligado a pedir tiempo muerto. En ese tiempo, la diferencia se había duplicado por una sencilla diferencia. La inferioridad numérida del Bidasoa Irún por los dos minutos a Ian Moya ha sido aprovechada por Jevtic y Tito Díaz, mientras la de Bada por la exclusión de Peciña no tenía sino un sentido negativo porque martilleaban Rodrigo y Esteban Salinas. Además, nueva exclusión, esta vez de Yoel Cuní.
Cambio de portería para intentar la reacción con Ben Tekaya, menos brillante en los primeros minutos Decsi. Pese a los tantos de Daniel Pérez (2) y Samuel Cordiés, no había manera de acercarse porque el meta polaco de Bidasoa estaba en modo arácnido. También es cierto que Ben Tekaya también imponía y fallaban dos ataques consecutivos los locales. Bien es cierto que los hermanos Escudero no contribuían mucho a una mayor igualdad porque sus decisiones pecaban de disparidad. Por momentos, se cerraba la portería hasta que colocaba el 25-18 Xavi Tua, que acortaba Rafa Paula ante Maciel (25-19)..
Tras otro tanto de Esteban Salinas, José Nolasco llamaba a los suyos al diván que es el banquillo para intentar afrontar los últimos diez minutos sin dilapidar competitividad, sin renunciar a correr. El primero que lo hacía era Julen Mujica con la máxima diferencia (27-19). Nada cambiaba en lo sustancial y en el intercambio se desenvolvía con comodidad el cuadro de Mozas (30-22 a falta de poco menos de cinco minutos). Estaba bien Ben Tekaya, pero en ataque había evidentes faltas de concentración que condenaba a un marcador escueto. Moría el partido con similar resolución a todos los partidos de fuera (32-23).