El orgullo de Javi Camarón hijo, ante el Memorial de atletismo de este sábado: "A mi padre le habría dado apuro"

Recuerdo imborrable de Intec-Zoiti hacia la figura de quien fue todo un referente en Huesca como atleta, futbolista, empresario y profesor

Miguel Ángel Blasco
15 de Junio de 2023
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Javi Camarón con su padre en las pistas de atletismo con el verde de Zoiti.
Javi Camarón con su padre en las pistas de atletismo con el verde de Zoiti.

“Para nosotros es un orgullo, pero a mi padre estoy seguro que le habría dado apuro”. Son las palabras de Javier Camarón hijo, en vísperas del III Memorial Javier Camarón de atletismo que se disputa este sábado en las pistas de atletismo de la Ciudad Deportiva José María Escriche.

Hablar de la figura de Javier Camarón es hacerlo de un todo un referente del deporte oscense. El deporte siempre fue su pasión. Brilló en el fútbol, al que llegó desde el juvenil del Dosa (Salesianos), pasando por el Lamusa, al Huesca al mismo tiempo que Agustín Lasaosa y catapultados por los hermanos Lapetra. Vistió en varias etapas la camiseta azulgrana (tras Camacho, es el segundo jugador con más partidos en la historia del club con 371) y por medio, con sus estudios, también fue profesional en el Alcalá y en el Rayo. Çuando terminó su carrera universitaria como licenciado de INEF regresó a Huesca y al Huesca, donde cerró su trayectoria futbolística como jugador y luego como preparador físico en la etapa presidencial de Jesús Viñuales.

Pero con el atletismo siempre tuvo mariposas en el estómago. A los once años José Luis Castán, entrenador de la Zoiti, fue quien le inyectó ese “veneno”, siempre acompañado de su inseparable Berti. Y Javier, que tocaba todos los palos, prestó atención entonces y un tiempo después, cuando el propio Castán le animó a que dejara su trabajo en Lamusa y se marchara a descubrir el mundo. Fue a Madrid, empezó a cursar sus estudios de INEF y allí encontró el apoyo del seleccionador de pruebas combinadas, José Luis Martínez. Porque Camarón era el “atleta total”. Fue internacional en esta disciplina y todavía hoy, 40 años después, nadie ha sido capaz en la Zoiti de arrebatarle el récord del club de decatlón con los 6.697 puntos que sumó entonces. Hasta hace poco tenía también el de triple, ahora en poder del jovencísimo Raúl Martín.

Empresario, docente y emprendedor. Esas fueron otras de las facetas que acompañaron su cercanía, su trato afable, su personalidad, su sencillez, su humildad y un carácter que invitaba siempre al optimismo y a la amistad.  Puso en marcha varios centros deportivos en la capital oscense, el último fue el de la actual sede del Bádminton Huesca con Ricardo Constante. Como profesor, su nombre ha quedado inmortalizado en el Pabellón del IES Ramón y Cajal, que lleva su nombre y que fue el centro en el que se retiró.

El sábado le va a recordar la Zoiti y todos los atletas que se darán cita en las pistas. Ahora es su hijo, que cogió el testigo como atleta. Javier junior ha iniciado su trabajo en el Hospital Joan XXIII de Tarragona, como especialista en Medicina Interna. “Es el decatlón de la medicina”, dice con una sonrisa, porque al igual que su padre también hizo las pruebas combinadas, si bien en las ligas con la Zoiti se dedicó más a los lanzamientos, especialmente el peso.

“El Memorial es una forma de recordarlo en Huesca, su ciudad, su gente, Castán, Berti… esté donde esté seguro que se sentirá orgullosísimo. Para la familia esta es una fecha muy señalada por el recuerdo que tenemos todos de él”, afirma Camarón.

Dice Javi que “lo recuerdo más como entrenador. Mi padre nos implicaba a todos porque íbamos a todas las competiciones juntos. Fuimos al campeonato de España de veteranos a Torremolinos o al Mundial de San Sebastián, también de veteranos. En Torremolinos fue la primera vez que hice salto de altura y fue allí donde me enganchó el atletismo”, rememora.

Y tanto Javi como su hermano Pablo fueron receptivos a los consejos que les dio su padre, a él en atletismo y a su hermano en el tenis. “Siempre estaba allí. Y lo recordamos que iba con su gorra para el sol y dando indicaciones. Siempre apoyando y dando indicaciones. Aún me pasa que cuando estoy lanzando en una competición me miro a la grada para recordarlo”, observa Javi.

Recuerda también los consejos que les daba su padre. “Te dabas cuenta que eran consejos no solo para el deporte porque son de esos que te sirven para el día a día. Si haces algo, hazlo bien, decía. Y pedía estar centrado y sin distracciones. Yo hacía las combinadas, que son como una montaña rusa, e insistía mucho en relativizar las cosas. Si una prueba salía mal, decía que me olvidara de esa y que pensara en la siguiente. Y siempre lo hacía con ese humor y ese sarcasmo que tenía”, señala Javier.

Y, por ejemplo, a modo de incentivo, “le gustaba entrenar con vallas más bajas o con menos peso que el de las competiciones. Lo veía como un estímulo para poner todo de tu parte y llegar al objetivo. Era serio y exigente. Mi entrenador era Dani Durán y mi padre siempre le respetó en la toma de decisiones porque sabía dónde estaba su lugar y por eso se mantenía al margen”.

El fútbol no ha formado parte de la vida del hijo y de su padre futbolista los recuerdos son más de los partidos como veterano. “Creo que dejó el fútbol profesional cuando nací, lo recuerdo más como preparador físico”, apunta.

EL MÉRITO DE LOS DOS ASCENSOS

Javier Camarón ha vivido desde Tarragona los ascensos del equipo masculino a División de Honor y del femenino a Primera División. No pudo acompañar a los chicos el pasado sábado en Vallehermoso porque estaba de guardia en el hospital. Eso sí, siguió el desarrollo de la jornada al pie del cañón y no sin sufrimiento. “Estuve hablando mucho rato con Castán y sufrí bastante, hasta que el sorpresón del 4x100 casi nos dio el ascenso. Tiene mucho mérito que un club como el nuestro esté en División de Honor y sea uno de los 16 mejores de España con una media de edad tan baja. Es un bloque más competitivo y más sólido que el de hace cuatro años en el primer ascenso. Pero el éxito de este año son las chicas porque llevaban mucho tiempo buscándolo”, afirma Camarón.

Considera que “es una pasada que los dos equipos hayan logrado el ascenso y en el caso de las chicas hay una gran base para el futuro”.

Para él, por cuyas venas fluye la sangre verde, “han sido dos jornadas muy emocionantes”, como lo será este sábado el recuerdo hacia la figura de su padre. Y aunque en esta ocasión no va a competir, sí estará con toda la familia en la Ciudad Deportiva. “Y ya tengo ganas de volver a competir. Aquí mis compañeros del hospital alucinan cuando ven que alguien que no es profesional esté en una liga profesional como es la División de Honor”.

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