Jorge Costa está dispuesto a comprar la Sociedad Deportiva Huesca. Así lo ha hecho saber a responsables institucionales y a miembros del club, con lo que se podría cerrar una operación cuyos primeros contactos cumplen ya un año y con la que se exprimirían las esperanzas del mantenimiento en el fútbol profesional, cuando queda justamente un mes para la apertura del mercado de invierno en la que se podrían incorporar jugadores merced a una ampliación de capital.
Desde diciembre de 2022 en que la Sociedad Anónima Deportiva ofreció al presidente del Grupo Costa la posibilidad de asumir la mayoría del accionariado del club, el camino ha resultado de lo más proceloso, con resistencias internas, falta de fluidez en la transmisión de información como es necesario en una compraventa de estas dimensiones, avances tímidos y paradas de burro. La eufemística denominación de "socio activo" no es sino una transacción de acciones en la que el posible adquiriente quiere asegurarse el control de la gestión, algo absolutamente razonable en cualquier empresa.
Las filtraciones (la mayor parte infundadas y "de parte") y algunos movimientos de las últimas semanas han puesto en riesgo la operación, pero varias reuniones y conversaciones recientes ratifican que, efectivamente, el empresario aragonés de referencia en la coyuntura actual ha dado el paso adelante definitivo para culminar con éxito los trámites y las condiciones de manera que se llegue al objetivo primero de poder fichar y el subsecuente de consolidar al club económicamente para pensar en una nueva etapa de expansión.
Vencida cualquier reticencia, examinados los documentos (aún quedan) sobre la situación del club, la pelota está ahora en el alero de la Fundación y de su presidente, José Antonio Martín "Petón", en principio dispuesto a buscar la salida a una delicada coyuntura del club al que, junto a Agustín Lasaosa, ha llevado a las más altas cotas deportivas de su historia de más de sesenta años. Los próximos días serán decisivos, pero las expectativas son esperanzadoras.