El equipo femenino de alpinismo de la FEDME ha clausurado este viernes las Jornadas de San Úrbez de Peña Guara. Al igual que se ha visto al final en el documental, ha sido un homenaje a la figura de una de las integrantes del grupo, Amaia Agirre, que justo hace un año por estas fechas presentaba en el Olimpia la aventura vivida en las Torres sin Nombre. Poco después perdió la vida por un alud en otra expedición en Patagonia.
Homenaje y dedicatoria a Amaia además de servir de reivindicación y reconocimiento hacia el papel de las mujeres que se dedican a hacer actividades en la montaña. “Nos apetecía mucho hacerle este pequeño homenaje y presentar el proyecto Abriendo Camino”, ha comentado Lorenzo Ortas en la presentación, quien ha remarcado el papel de las mujeres. “Antes era una cosa muy rara ver a una chica haciendo escalada de dificultad y ahora afortunadamente es algo muy normal, hay muchas chicas haciendo escalada y una buena muestra es este equipo femenino de la FEDME que está haciendo actividades de primer nivel”.
La turolense Ángela Altaba y la catalana Ruth Fornós, integrantes del equipo han sido quienes han presentado el documental. Y lo han hecho visiblemente emocionadas y sujetándose la lágrima. “Queríamos aprovechar para homenajear a Amaia, porque la última vez que la vimos fue aquí el año pasado. Sabíamos que esta proyección iba a ser un poco más especial que en otros sitios donde hemos estado. Que esto quede como un recuerdo de todos y todas para con ella y que su energía y su vitalidad nos acompañe en todas las aventuras que hagamos de aquí en adelante”, han indicado.
Han explicado que el proyecto Abriendo Camino forma parte de una beca concedida por el Consejo Superior de Deportes, dentro del programa Universo Mujer, y por el que apuesta la FEDME dentro del área Mujer y Montaña.
Un proyecto que en el verano del año pasado llevó al equipo femenino de alpinismo de la FEDME hasta las paredes que irrumpen en los desiertos de Jordania y Arabia Saudí. El documental arranca con la presentación de las integrantes del grupo dirigido por Miriam Marco que acudieron a esta expedición. Entre ellas, Amaia Agirre, que era médico y ejerció su profesión en Huesca; Maialen Rojo, Uxue Loizu, y las ya citadas Ruth Fornós y Ángela Altaba.
La primera parte de la expedición fue en Jordania (tenían previsto repartirse los veinte días de manera equitativa en los dos países). El objetivo del proyecto es abrir nuevas rutas de escalada “y dejar nuestro granito de arena en el desierto”, así como “generar nuevos referentes de cara a que en el futuro puedan salir nuevas niñas” y también “dar un paso para que las mujeres se sientan capaces de abrir vías y trazar nuestro propio camino”.
Aunque realizaron cuatro vías en Jordania (en total fueron 12 con las de Arabia), se desprende que no les llenó mucho la actividad por las condiciones de las paredes, con roca arenisca, e incluso exponen cierto sentimiento de frustración por ser un terreno muy cultivado. A pesar, eso sí, de que se quedaron con la satisfacción de una vía espectacular que será muy repetida.
Y cuando les tocó pasar a Arabia, se toparon en un primer momento con muchas dificultades y trabas, derivadas de los prejuicios y la discriminación hacia las mujeres. Sí pasó, en cambio, un grupo de franceses con los que luego volvieron a coincidir en Jordania.
Y de repente, “Miriam se encabezonó” y volvió a la carga para entrar en Arabia. Todas las dificultades y trabas que habían encontrado anteriormente para cruzar la frontera se tornaron en facilidades y puertas abiertas. Habían sufrido antes unas negociaciones “muy desgastantes” y no ocultan que “romper esa barrera ha sido durillo”.
Pero lo consiguieron y “emocionadas, nerviosas y supermotivadas” se vieron ya en el todoterreno entrando en Arabia. Las vías no son largas “pero sí muy buenas” y también han mostrado su reconocimiento hacia la buena acogida que tuvieron en el desierto saudí por los hombres que se quedaron embelesados con la actividad desplegada por las seis escaladoras, una de ellas con el local Ahmed, que subió con unas alpargatas de romano.
De la frustración vivida en Jordania a la felicidad que encontraron en Arabia, un escenario inédito para las mujeres escaladoras “porque fue más fácil encontrar líneas de más calidad”.
“Abriendo Camino” deja “un aprendizaje, compañerismo y convivencia” y la felicidad de haber dado “ese pasito adelante para que el viaje haya tenido más sentido y que también podamos ver que los límites nos los ponemos nosotros mismos. Hay que intentarlo, siempre hay que intentarlo. Hasta que no lo intentas no vas a saber que es verdad”, señala Miriam Marco en la parte final del documental, que asegura haber sido “enriquecedor” pasar por Arabia y ha incidido en reivindicar el papel de la mujer. “El camino es complicado, hay que aprender mucho de los prejuicios y demostrar que pasar aquí ya es abrir camino. Salir de los prejuicios y de los tópicos te hace crecer. Romper barreras y el hecho de ser mujer no sea diferente a ser hombre”.