Al final, un chut es la consecuencia de muchos factores. Del talento, del esfuerzo, de la preparación y del equipo. Vinicius Junior por partida doble, igual que Valverde, y Benzemá en una ocasión marcaron los cinco goles del Real Madrid en la final del Mundial de Clubes en Rabat. Dentro de sus botas, y en sus espinilleras, y en los músculos cuidados por las mejores condiciones en su pisada, está uno de los secretos. Y tiene una firma, José Víctor Alfaro, el oscense que ha hecho de Podoactiva un líder mundial, el hombre de Tierz que llegó un buen día a los aledaños de la ciudad deportiva del Atlético de Madrid en espera de ser recibido por el doctor Villalón y pronto sumó a su causa de la salud de los pies al Real Madrid. Y a selecciones nacionales, y a multitud de clubes.
José Víctor Alfaro, que acude a cada final que disputa el club más laureado del planeta, ha levantado ya cinco Champions League, además de un buen número de Ligas, y de Copas del Rey, y de otros torneos en el cada vez más competido mundo del balompié. La noche del sábado, ha disfrutado, mientras cuidaba de todos los detalles del bienestar de los pies de los jugadores del Real Madrid, del partido contra Al Hilal y de los cinco goles de sus compañeros de césped. Y, al final, como un rito, como una liturgia, después de los futbolistas y con la humildad que le caracteriza, ha tomado el trofeo y ha compartido su felicidad con las personas que le apreciamos, con su ciudad que tanto orgullo tiene por sus gestas. Ya son cinco Mundiales de Clubes. Todo comienza por un paso... y desde ahí hasta la galaxia.