Juan Carlos Ferrero, extenista ganador de Roland Garrós y entrenador de la nueva sensación del tenis mundial, Carlos Alcaraz, ha disfrutado de una velada magnífica nocturna en el restaurante Callizo de Aínsa, reconocido con una Estrella Michelín y un Sol Repsol, en una cena en la que no puso reparo alguno para fotografiarse con el personal y con algunos clientes.
Llegó hasta Aínsa Juan Carlos Ferrero en moto con sus amigos, en una ruta que les traía de una bodega de La Rioja. Además de su actividad tenística en la que llegó a ser número 1 y la nueva vida como preparador del último ganador de Wimbledon y actual rey del ranquin mundial, Ferrero es un empresario reconocido del sector de hostelería con complejos de alto standing. Unas semanas antes, algunos de los compañeros comensales de Juanqui Ferrer habían estado ya en el Callizo y expresado su plena satisfacción.
Se encontraba entonces el entrenador en Londres y ha sido ahora cuando ha disfrutado de la experiencia plena de la cocina de los cuñados Ramón Aso y Josetxo Souto y del magnífico servicio dirigido por las hermanas Sierra. El recorrido vivencial por el restaurante le permitió convivir con los cocineros, gozar de la magia de la Torre de Mediano con la nube voladora que acaba depositándose para deleite de los sentidos. Los productos de temporada como esos prodigiosos tomates de Aínsa, los bocados de berenjenas o las elaboraciones con caza como ese buñuelo de setas con lomo de corzo, la liebre al chocolate con mojo mejicano o el arroz a la brasa con codorniz a la francesa y trufa de verano.
Un festival el menú Piedras del Restaurante Callizo que han gozado un buen número de celebridades como el propio Ferrero o, hace dos semanas, la cantante Rozalén. En todos deja unas sensaciones imperecederas.