El juez prorroga la instrucción de la Oikos aunque la Policía reconoce que no hay pruebas de irregularidades en las facturas del campo

Las defensas estiman que la prolongación de seis meses no se hará efectiva por la insostenibilidad de la causa

20 de Julio de 2022
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El juez del caso Oikos, Ángel de Pedro, ha prorrogado la instrucción del caso Oikos hasta seis meses más para realizar tres pruebas periciales más sobre las obras de El Alcoraz, las facturas emitidas y un informe de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía, a pesar de ciertos contrasentidos como el reconocimiento policial de que no ha habido irregularidad alguna en las facturas con Pryobras, ni duplicidad ni engrosamiento.

Las defensas, en principio, no van a recurrir la prórroga porque estiman que cualquier alargamiento a través de recursos y otras acciones no hará sino alargar un sufrimiento que sus representados ya padecen durante 38 meses, que serían 44 de concluir el periodo establecido por el magistrado tras oír al Ministerio Fiscal y a las distintas partes. Sólo hay dos opciones, según los abogados: "O se sobresee, como pedimos, o el señor juez tira para delante. Pero la verdad es que tres años y medio parece demasiado, es excesivo".

La estupefacción rodea a los letrados, porque incluso algunas sospechas contables del juez carecen de toda justificación, en un club que ha contado la presentación de cuentas a las instancias deportivas superiores por felicitaciones por su rigor. José María Fuster-Fabra, abogado de Agustín Lasaosa, se mantiene en su posición de incomprensión de estas maniobras de dilación. "Cuando redacte el escrito de pase a procedimiento abreviaado veremos los argumentos del juez para esta nueva demora. Será menos de seis meses lo que dure, al menos es posible que lo haga en menos tiempo. No tiene sentido alargar esto más".

Varias de las defensas inciden en el esperpento de la línea argumental del togado y de la policía. Todo comenzó con la presunción de unos amaños de apuestas por el partido Huesca-Nastic justo tras la semana de celebración por el primer ascenso a la Primera División del fútbol español. Aquella investigación quedó en agua de cerrajas, abortada cualquier opción de que prosperara. Esta senda quedó relegada y entonces se reconvirtió por obra y gracia de nuevos informes policiales evanescentes en cuanto a pruebas sólidas que derivaron en las presuntas primas por terceros del Reus-Valladolid, encuentro en el que estaba afectada la clasificación del Huesca. Repentinamente, el aceite y las trenzas de Almudévar se erigieron en metáforas que presuntamente no eran sino entregas de dinero. La inconsistencia condujo hacia otra búsqueda, la posibilidad del pago a los jugadores del Reus (de los que no se apreció movimiento económico extraño alguno) a través de facturas de las obras de El Alcoraz a cargo de la empresa Pryobras y de los servicios de catering. Ahora, la policía reconoce que los pagos de la constructora no revelan ninguna irregularidad. Y, sin embargo, los investigados siguen su zozobra. 38 meses después. La Justicia no se da prisa y los afectados prosiguen con una pausa deprimente en sus vidas.

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