Álvaro Fernández: Sin trabajo en la primera mitad a pesar de los primeros minutos de merodeo por su área. Nada más empezar el segundo tiempo, una buena intervención. Es curioso porque apenas ha parado nada.
Miguel Loureiro: Se las ha visto con la banda más complicada del Mirandés y, pese a algún titubeo, ha cumplido. Sin alharacas.
Jeremy Blasco: Es hoy por hoy el central que aporta más seguridad al equipo porque es el más certero en el manejo de balón y cumple en defensa.
Jorge Pulido: El capitán es un dechado de energía, se lanza al ataque y hasta ha rematado una por encima del larguero, pero no está cómodo con su máscara... o lo parece. Sin embargo, ,no vuelve la cara nunca. El despliegue, afeado por el penalti y expulsión. El capitán no puede caer en esos errores.
Iván Martos: Se le ha visto por fin en ataque con algunas buenas penetraciones, una de ellas a punto de dejarle solo ante el meta. También se ha apreciado que en defensa sufre. Amonestado. Y sustituido en el descanso.
Gerard Valentín: Ha vuelto al Huesca tras tres jornadas de levitación. Y con él la alegría que ha propiciado las mejores opciones en la primera mitad. En la segunda, condenado por las circunstancias. No es equipo este para alegrías.
Óscar Sielva: Teniendo que arrancar desde tan atrás, no luce en balones filtrados al ataque, pero siempre trata bien el cuero.
Iker Kortajarena: El vasco es el novato y se nota porque los árbitros se ceban con las tarjetas. Buena voluntad e intención. Puede despegar.
Javi Martínez: El soriano cedido por Osasuna tiene una calidad tan incuestionable como su irregularidad. Cuando acaricia el esférico, algo ocurre. Y así ha llegado el gol propio de quien sabe lo que es el fútbol. Por toda la escuadra. Cambiado luego, se supone que por cansancio.
Joaquín Muñoz: El malagueño ha olvidado el teatro y se dedica al fútbol. Poco regular, pero incisivo. Sustituido
Samuel Obeng: Recuerda la famosa frase de Etoo. Trabaja como un negro para ganar como un blanco. Trabaja, para ser exactos, como cuatro blancos o cinco. Admirable su fe, pero todavía no ha podido mover montañas. No recibe un puñetero balón en condiciones.
Ignasi Vilarrasa: El discreto por excelencia, racional, sin riesgo, pero cumplidor.
Rafa Tresaco: Voluntarioso, con desparpajo, pero ineficaz.
Enzo Lombardo: Inconsistente, sin influencia en el juego en el momento más crítico. ha sido cero.
Juanjo Nieto: No eran minutos para la poesía.
Álex Balboa: Buenos destellos en apenas cinco minutos, pero no había tiempo para milagros.