Uno de los más graves problemas de las organizaciones y de las personas es celebrar los éxitos, no analizarlos. En medio de la vorágine pseudo pensadora, una de las sentencias más repetidas es la que estima que de los errores se aprende. Es como si negáramos a los triunfos la capacidad de reflexionar en torno a ellos sobre las circunstancias que los han rodeado y propiciado. Sucede después que, en otro contexto o condición, la misma acción concluye en el resultado opuesto.
Debiéramos aprender de los dos resultados ante el Espanyol y el Zaragoza. Más allá del gozo que provocaron, desembocaron en conclusiones profundamente desacertadas, la más grave por las consecuencias que ha tenido inmediatamente y puede tener de cara al futuro la consideración de que el Huesca había pasado de ser el patito feo de la categoría al príncipe real. Y olvidamos los grises.
La vida siempre da una segunda oportunidad y por eso quiero expresar, en medio de la euforia por el 1-0 ante el Ferrol, las siguientes estimaciones para superar la superficialidad de las situaciones triunfantes:
1.- La victoria ante el Racing de Ferrol es un alivio extraordinario, un balón de oxígeno en un momento en el que los síntomas de asfixia eran desesperantes. Hay vida... Sí se puede, y eso nos llena de alborozo...
2.- Pero todavía estamos en el averno. Nos quema el culo porque belcebú nos tiene en el redil de su hoguera. Si nos autoengañamos, pagaremos muy cara la autocomplacencia.
3.- Resulta evidente que el actual entrenador, Antonio Hidalgo, ha mejorado el rendimiento del equipo y ha hecho a los jugadores creer que son, como mínimo, tan buenos y no tan malos como se les presumía. El relevo en el banquillo llegó tarde, muy tarde, tardísimo (no debió ni haberlo porque el anterior inquilino se había ganado no continuar), pero aún podemos aferrarnos a la esperanza. Agua pasada no mueve molino, pero algunos creemos en la importancia de la responsabilidad.
4.- Es obvio que este triunfo no puede conducirnos al espejismo de considerar que, a partir de ahora, todo va a ir a bien. Este equipo necesita fichajes. Sí o sí. Es un pequeño milagro que todavía haya opciones, pero no entender que hay que reforzar no menos de cuatro o cinco posiciones es una insensatez y una falta de respeto a la afición. Por más druida que consideremos a Hidalgo, ni Panorámix salvaría esta situación con garantías.
5.- Para mejorar la condición de la plantilla -también lo dijo Gonzalo Ávila, el economista de la Corte de Camino del Cocorón- es precisa una ampliación de capital u otras fórmulas difícilmente al alcance del Huesca de hoy. Con las palabras del profesional, en la realidad de hoy, "olvídense de fichar".
6.- Esto es, si tanto ama la propiedad y el Consejo a la Sociedad Deportiva Huesca, faciliten la alternativa más factible y óptima. Aquí nadie ha puesto un céntimo como para pretender rentabilizar nada, a no ser que consideremos como individualidad la aportación dineraria del gobierno de todos los aragoneses que permitió constituir la Sociedad Anónima Deportiva.
7.- Lean con precisión, por favor. Esta noche, 3.745 aficionados. Sí, estoy convencido de que la hora no ayuda, y que el Barcelona jugaba ante Bada Huesca en una estúpida lucha fratricida de la programación liguera, pero repito: nadie se autoengañe. El grado de afección de la masa de abonados no atraviesa los mejores momentos.
8.- Pongamos el foco en la ciudad y la provincia. Reconozcamos que, a fecha de hoy, más allá de escorzos en las interpretaciones financieras, las dificultades económicas demandan respuestas estructurales más que coyunturales.
9.- Como no quiero dejar de repetirlo, estoy como unas castañuelas de feliz por el triunfo ante el Racing de Ferrol, pero si no hay continuidad de nada servirá. Y...
10.- Hoy ha estado en tribuna el cura Cabrero, don José María, el más emblemático de los sacerdotes oscenses, seguidor del Athletic y sitamino de la Sociedad Deportiva Huesca. Primer partido y victoria. Por favor, que alguien le abra un carril permanente de acceso a ese espacio, porque todo lo que toca lo enriquece con su verdad. Permítanme esta veleidad humorística, pero esto puede servir para los supersticiosos. Un talismán.
P.D.: Si mis opiniones y los conocimientos de la realidad no se ajustan al desarrollo de los acontecimientos y salvamos la categoría con la actual plantilla además de mejorar la realidad del club, estoy dispuesto a ser sometido a escarnio público a final de temporada. Aunque creo que será que no, que me libraré de los latigazos.