La Liga de Fútbol Profesional ha requerido a la Sociedad Deportiva Huesca información sobre su situación financiera y ha expresado su preocupación en dos reuniones recientes con los máximos responsables del club, como ha sucedido con otros de la categoría cuya coyuntura resulta delicada. A falta de concluir el cálculo de los estados financieros intermedios que probablemente estará culminado a finales de esta semana, para comparecer ante los medios de comunicación la próxima, las pérdidas pueden situarse en torno a los 4 millones de euros (desde Camino de Cocorón se aduce que a LaLiga se le manifestó a principios de campaña una previsión de 3,5) aun con una expectativa de ingresos que están en el aire por patrocinadores o venta de patrimonio.
La Liga, la Fundación Alcoraz y la Sociedad Deportiva Huesca celebraron a tres bandas y de manera telemática una reunión el pasado viernes para analizar la realidad del club. Fuentes de la Sociedad Anónima Deportiva defienden que se ha realizado un esfuerzo ímprobo durante estos meses y, de hecho, en la cuenta de resultados pesa el millón de euros en indemnizaciones que se han desembolsado para aligerar la estructura de personal ("y eso sin contar las bajadas de salarios generalizadas") y 1,8 millones de euros de amortizaciones.
Las mismas fuentes aluden a la dificultad de conocer en estos momentos el desenlace del balance económico y la situación financiera que, obviamente, quedará debilitada al acumular dos años de copiosas pérdidas. "El trabajo está ahí y, de hecho, hemos reducido a la mitad como mínimo los ocho millones de euros de pérdidas de la 22-23". En estos momentos, penden algunas negociaciones para incorporar patrocinadores ("hemos conseguido algunos de cantidades intermedias como veinte o treinta mil euros pero se están negociando algunos más voluminosos") y la toma de decisiones desde el Consejo de Administración respecto a la posible venta de terrenos en Tierz o en el área 5.2 (Jardines de Alcoraz) que aliviarían los resultados aun a costa de perder patrimonio inmobiliario.
Mientras tanto, ninguna nueva (ni buena ni mala) sobre las vías abiertas por distintos interesados en la compra del club, en una estación tan indiciaria y gaseosa que no permite albergar esperanzas sólidas en una operación tan compleja como es la venta de una SAD del fútbol profesional español.
Así las cosas, en La Liga existe, al igual que sucede con otros clubes (aunque no sirva el viejo aforismo de "mal de muchos..."), una inquietud por el escenario afortunadamente algo más alejado de un abandono por vía del descenso del fútbol profesional (que dejaría en suspenso el abono del préstamo de CVC pero también la disponibilidad para las inversiones) y además por la pérdida patrimonial evidente pese a la insistencia desde la cúpula del Huesca de que se están cumpliendo, cantidad arriba o abajo, las previsiones del Plan Estratégico a tres años que en la expectativa más optimista aludía a un equilibrio en las cuentas en 2025. Mientras se ajustan los últimos flecos de ingresos y gastos, los números están sumergidos en una corriente de complejidad.