Luis Ausaberri, homenajeado por sus 417 partidos con el Huesca: "Estoy emocionado"

El mítico lateral azulgrana es la imagen del cartel del choque contra el Mirandés como tributo por sus diez temporadas en las que fue campeón de España de Aficionados

10 de Enero de 2025
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Cartel con la imagen de Luis Ausaberri que ha promocionado el Huesca Mirandés
Cartel con la imagen de Luis Ausaberri que ha promocionado el Huesca Mirandés

Su padre era de Ola (Huesca). Y una ola, muy merecida, va a hacer la afición de la Sociedad Deportiva Huesca a uno de sus mitos, Luis Ausaberri Acacia (Zaragoza, 2-12-1944), diez temporadas como futbolista, siete como entrenador, un cuchillo por la banda de El Alcoraz, que correteó en los primeros años del estadio. "Ha cambiado mucho, la verdad es que ahora es una preciosidad). Este sábado, en los prolegómenos del encuentro ante el Mirandés, recogerá enmarcado el cartel anunciador en el que es protagonista por ser el segundo futbolista con más partidos con la zamarra azulgrana: 417. El segundo tras José Antonio Camacho, 421, y secundado por Camarón (392).

Luis Ausaberri se formó en las categorías inferiores del Zaragoza, de donde se desplazó para jugar con el Logroñés la temporada 1966-67. Sus 30 buenos partidos encaminaron su recorrido hacia Oviedo, donde disputó tres campañas con desigual fortuna, de los 20 partidos de la primera a un único en la segunda y 12 en la tercera, todo en Segunda División. Llegó a Camino de Cocorón en la 1970-71 y ya en ese estreno se alineó en 36 encuentros de Tercera División, 3 de copa y dos de promoción. Diez años ininterrumpidos con una gran decepción, el descenso a Regional Preferente con el fatídico varapalo en Guadalajara y grandes alegrías como el Campeonato de España de Aficionados del siguiente (ante el filial del Zaragoza con 0-0 en la ida y 5-3 en la vuelta de la final) y los tres últimos años en Segunda B. En conjunto, 417 partidos, de ellos 359 ligueros, 43 de Copa, 7 de la Copa de Aficionados y 8 en promociones.

Llegó a Huesca con 26 años y se retiró con 35. Compartió vestuario con el peculiar y enorme portero Paco Buyo y tiene multitud de anécdotas. Recuerda al señor Víctor, que lavaba la ropa y vivía en una esquina del estadio. "Cuando era capitán y tenía que elegir campo le preguntaba y él me contestaba: elige la portería del Norte porque viene el viento de esta manera, o escoge la del Sur porque si no no vais a poder pasar de medio campo". Era un lateral explosivo. Rememora cuando Rogelio Lelé le dijo: "Usted es el mejor lateral de España... subiendo. No le pregunté más. Yo creo que defendía bien, pero cuando veía ocasión me iba hacia arriba".

Disfrutó su etapa como entrenador, siete temporadas dirigiendo al Huesca, en algunas de ellas con unas cifras estratosféricas de goles a favor. En el aspecto profesional, trabajó en Aguarón, en la Pegaso a las órdenes de José Antonio Costas y en el Banco de Huesca y en el de Bilbao, donde se jubiló.

Asegura que, a su edad, ya disfruta "todos los partidos en la televisión, y ahí me enfado conmigo mismo, me pongo nervioso. He estado en algún partido y en Primera los veía todos". Elogia "el buen hacer del club y del equipo. Es un orgullo que haya peleado y haya estado en Primera".

Esta tarde de sábado, va a bajar de nuevo al verde de El Alcoraz, donde recogerá un obsequio muy singular. "Es emocionante recibir este reconocimiento, porque me gusta pensar que es porque he hecho un trabajo bueno en el Huesca y queda ahí".

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