Luis Costa cuelga las botas: "Estoy abrumado por las muestras de afecto"

El delantero grañenense se retiró el pasado domingo anotando gol y Piedrabuena celebró la permanencia del Brea por segundo año consecutivo

Adrián Mora
Periodista
16 de Mayo de 2023
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Luis Costa, sonriente, celebra el gol que marcó el sábado al Logroñés B con el Brea. Foto: Lucía Martínez
Luis Costa, sonriente, celebra el gol que marcó el sábado al Logroñés B con el Brea. Foto: Lucía Martínez

Es uno de los llamados "viejo rockero" de nuestro fútbol. Luis Costa se descalza por última vez para colgar las botas. El pasado sábado cerró una etapa como sólo los goleadores saben hacer: perforando la red. En Piedrabuena, la que ha sido su casa durante una temporada y media, no pudo haber mejor guion para despedir al grañenense. Rabia y emoción en la celebración ante su gente, felicidad plena porque Brea de Aragón, aquella "aldea gala" -dicho con todo el cariño-, cuyos aficionados se cayeron en la marmita de la pócima secreta, sigue siendo de Segunda RFEF. Se cierra un círculo maravilloso. Una historia de puro fútbol.

P: Imagino que estará abrumado ante las muestras de afecto en estos días. Su carta de despedida ya lleva más de 45.000 impresiones en Twitter.

R: No lo sabía. Había más de 200 comentarios que tengo que contestar. Me pondré poco a poco. Estoy un poco abrumado por las muestras de afecto, de equipos como el Poli Ejido, la institución que ha estado muy cariñosa conmigo. También el CD Benicarló, compañeros del Sporting Mahonés, mi entrenador de Murcia... Te esperas que haya alguna reacción, pero no esto. Me siento abrumado y a veces pienso que es más de lo que merezco. Pero bueno, si están ahí por algo será.

-¿Cuántas entrevistas, llamadas, mensajes, etcétera lleva?

Tengo muchos whatsapp sin contestar también, llamadas por devolver porque no he podido coger. Tengo toda la semana entrevistas, tanto nacionales como de aquí. La verdad que me emociono más ahora que en el partido por las muestras de cariño y por la información que se está generando a partir de mi retirada. Es parecido a cuando te mueres. Estoy alucinando.

-Ha pasado por 15 equipos -16 con la Selección de Aragón-. En todos ha aportado lo máximo tal y como apuntaba en la carta de despedida y en todos ha sido especial.

Diría que ninguno no ha sido especial. Me paraba a pensar y hay uno que es Lalueza con el que jugué tres partidos. Fue muy especial porque me fichó Tito Peralta, que en paz descanse. Evidentemente hay clubs más especiales que otros, en el que el sentido de pertenencia es mayor. Pero todos han sido especiales.

-Y siempre podrá decir que ha jugado en su Grañén.

Sí. A mucha gente le sorprende que me fuera a Preferente a jugar. Metí 57 goles y eso es lo mejor: meter goles en tu casa. Que te vea gente que no te ha visto nunca porque sabían de mí, pero no me habían visto nunca. Fueron años maravillosos donde disfruté al máximo y, evidentemente, fue especial.

-Hablando de despedidas, ¿cómo fue el adiós en Piedrabuena con gol incluido?

Diría que el guion es casi el perfecto. Un partido que para algunos a lo mejor era anecdótico, pero para mí no lo era porque era el último. Hace poco me dieron un dato: jugando yo de titular el Brea no había perdido nunca. Llevo los últimos partidos de titular, partidos a vida o muerte, en los que el equipo ha conseguido el objetivo sin cosechar derrotas, y no quería perder. En el último balón que toco empato a uno y qué mejor que acabar así, empujando el balón a la red.

-Cuéntenos esa secuencia de los minutos previos al gol, porque en principio Dani Martínez le iba a cambiar.

Él me dijo que iba a jugar 55 minutos porque venía jugando en los últimos partidos y quería darle minutos a todos. Hace un doble cambio en el 55', no me saca a mí y entra Rodrigo Tapia y Vela. Les grito medio broma-en serio que había que correr porque se me acababa esto. Quedando dos minutos para el 60', en un balón largo de Arroyo, Jorge la centra, le bota mal al central, que creo que fue el único error que cometió en todo el partido, me cae y defino bien al palo corto del portero y acaba dentro. Fue una alegría increíble. No recuerdo muy bien cómo entró hasta que no vi el video por la televisión. Fue perfecto.

-Es una afición que siempre tiene buenas palabras y gestos de ánimo para los jugadores pese a que las cosas no vayan bien.

Es el patrimonio que tiene el Brea, es lo que hay que cuidar y es lo que diferencia al Brea de cualquier otro equipo de Segunda RFEF, y de Primera RFEF me atrevería a decir. Sea cual sea el resultado están ahí y eso es un colchón que no tienen el resto de equipos. He caído rendido en el Brea y ha sido un lujo cada partido que he jugado en Piedrabuena porque te acompañan siempre, pero sobre todo allí. Entendería que muchos jugadores fueran allí cobrando menos que en otros equipos sólo por el ambiente que se vive cada domingo. A día de hoy, si siguiera jugando, no contemplaría otra opción. De hecho, el año pasado existía la posibilidad, y no contemplé ninguna otra opción que no fuera jugar y retirarme en Brea. Es único.

-Tiene magia esa “aldea gala”.

Se podría decir no, es que tiene magia. Es alucinante. Hemos conseguido algo histórico en dos años consecutivos y con dos grupos distintos. La comunión entre el equipo y la afición hace que sea mágico y que se den situaciones como ganar en el campo del Espanyol cuando todo estaba perdido, o ganar en Sestao, o ganar al Lleida en casa en el minuto 90 con un golazo de falta por la escuadra. No sé, a veces parece que hay algo más. Como dices, parece que sea magia, pero no lo parece, lo es.

-Todo eso en un Brea muy altoaragonés. Con Dani como entrenador, Javi Urrea, todo el cuerpo técnico con Gorka Ojeda y Víctor Otín, varios jugadores…

El año pasado era un cuerpo técnico más de Zaragoza. Por circunstancias, Dani tuvo que cambiar gente porque se fueron a otros sitios. Este año el cuerpo técnico ha sido más oscense. La verdad que han estado a un nivel altísimo y han sido parte fundamental del éxito del equipo. Ojalá tengan lo que merecen porque han hecho las cosas muy, muy bien. Están en un nivel altísimo para poder entrenar a cualquier equipo.

-¿Dónde ha sufrido más? ¿Dentro o fuera de un terreno de juego?

Fuera, fuera se sufre mucho más porque no puedes ayudar y te sientes impotente. Dentro, cuando eres más joven, a lo mejor sufres más porque lo vives de otra manera pero cuando estás con una edad más avanzada y con la experiencia, tienes el control. Dentro del campo tengo que controlar los tiempos del partido, me siento bastante dominador de los momentos del juego y eso me da mucha tranquilidad. La verdad es que es así. Te mentiría si te dijera otra cosa.

-Qué lesión tan puñetera esa del sacro que tanto le ha hecho sufrir.

Ha sido muy, muy jodido porque, al final, no es una rotura de fibras en la que tienes que estar fuera, por ejemplo, seis semanas. Te acuestas por la noche sin dolor, te levantas con dolor, de repente te montas en el coche, sales y tienes dolor... Migraba mucho el dolor, variaba y no sabíamos cuál era el patrón. Es una impotencia brutal no poder rendir al máximo. En el tramo final, que ha sido cuando Dani ya me ha puesto prácticamente todos los días, encontramos una terapia manual que me ha ido muy bien. Menos mal de eso, porque me he podido despedir como a mí me ha gustado: siendo importante.

-¿Cuál es el momento más bonito que ha vivido en su carrera?

Es complicado. Creo que uno de los momentos más bonitos fue el día que debuto con el Poli Ejido, con el filial, y hago gol. Ganamos 3-0. En general fue ese inicio, donde en las dos primeras jornadas hago dos goles y Pepe Mel me cita a entrenar con el primer equipo en Segunda División, con un equipo que quedó muy arriba que casi asciende a Primera División. Quizás ese fue el momento más bonito de la carrera porque todo lo ves nuevo, magnificado, muy grande y, en aquellos años sobre todo, era casi imposible porque fue cuando comenzó la Ley Bosman. La generación mía española, qué decir, ha sido campeona del Mundo y de Europa. Tuve la suerte de pisar el fútbol profesional.

-Casi 200 goles en su carrera. ¿Se queda con alguno en concreto?

Si tuviera que elegir algún gol quizá fue el que marco con el Tarazona que da el ascenso, o el primero que marco contra el Espanyol para quedarnos en Segunda RFEF cuando estábamos descendidos. Ahora, recientemente, el último que metí también ante el Logroñés B.

-¿Le queda la espina clavada por no haber jugado en el Huesca?

Sí, pero son circunstancias también. No se ha dado porque cuando estaba en mi "prime", tocando la Segunda en mi etapa en el Poli, en el Sporting Mahonés de Toni Seligrat, también en el Benicarlo por entonces filial del Villarreal, en ese momento el Huesca estaba en 3ª. Yo me rompo el cruzado y se da esa revolución en el Huesca. Cuando vuelvo de la lesión el Huesca está en Segunda B y candidato al ascenso a Segunda. Es como que estábamos en dos ascensores y nos separaron en el momento adecuado. Es una pena pero ha sido así y no pasa nada.

-Lleva varias de esas 20 temporadas compaginando el fútbol semiprofesional con la vida laboral. ¿Le han faltado horas durante el día?

Llevo 12 años compaginándolo. El resto fueron dedicados exclusivamente al fútbol. Desde que emprendo con El 21. Cuando me fui al Grañén, el motivo de irme allí, realmente es porque quería pero era porque no llegaba a poder entrenar cuatro días a la semana. Decido bajar un escalón y quitarme una espinita que tenía clavada, que era jugar en mi pueblo. Cuando la empresa crece ahí sí que he podido delegar mucho más y, aunque ha habido momentos que me han faltado horas, evidentemente en el día lo contemplaba como dos trabajos y así lo he hecho.

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