Gabi Torralba se marcha de Francia con una sensación amarga después de acariciar la victoria en la Dirtlej Epic Enduro, la carrera más dura del mundo que cumplía su décimo aniversario. Después de tres años de parón, esta prueba de enduro volvía a las montañas de Caroux, en Olargues. Torralba llegaba con grandes expectativas a esta cita porque anteriormente siempre había logrado medallas: un oro cuando era junior en 2015 y un bronce siendo absoluto, en 2020. En total eran 110 kilómetros con 5.000 metros de desnivel positivos.
"Me gustaría haber compartido una foto del podio con vosotros, pero esto es lo que hay", lamentaba Torralba en sus redes sociales. "A 300 metros de la meta del TC11 (el último) he pinchado, se me ha salido el neumático y he tenido que acabar corriendo. Me he llevado un chasco enorme", contaba.
Después, "faltaba un enlace de 6 kilómetros hasta el padock y no tenía posibilidad de reparar (ya no me quedaban repuestos) ni de llegar hasta él por mis propios medios, así que me han traído en coche y ahora mismos me acaban de notificar mi sanción... por lo cual, a pesar de haber terminado segundo, con la sanción me han retrasado varias posiciones. Así son las carreras, a veces se tuerce todo en tan sólo unas milésimas". Con ello, pasó de haber quedado segundo a ser séptimo.
Torralba se muestra enfadado con la sanción, "ya que no estoy de acuerdo con ella y es que me la pusieron por favoritismo del organizador. Detrás mío era un chico local de ahí. Pero no puedo hacer nada".
En el apartado positivo, el 'rider' de Riglos decía que iba a "recuperar la motivación para intentar volver algún otro año a por el oro y terminar con un final algo más feliz". Torralba no se rinde.