Manolo Torres Guillaumet ha dejado huella y así se lo han demostrado este jueves un amplio grupo de trabajadores de la Sociedad Deportiva Huesca en una comida en el Hotel Abba, hasta donde ha llegado impulsado por su socio, Pedro Camarero, con la expectativa de una reunión de trabajo dentro de su actividad abogacial.
En el salón, se encontraban empleados del club junto a su mujer, Marta Sazatornil, el director deportivo, Ángel Martín González, y el consejero Pedro Ibaibarriaga. Ni rastro de los demás directivos ni del resto de excompañeros en el Consejo de Administración o en la Comisión Ejecutiva.
Una bonita sobremesa con intervenciones que han emocionado al expresidente, al que todavía esperan algunos encuentros en reconocimiento a su labor en el Huesca en los últimos años. Próxima estación, Madrid.