El verano pasado, con 42 años, Marcelo Rodríguez decidió colgar los guantes. Con casi 30 años defendiendo la portería, el guardameta argentino del Biescas daba un paso al lado y dejaba los terrenos de juego. Ahora, después de unos meses sin saltar al campo, se volvía a poner los guantes de portero para jugar con su Biescas en su enfrentamiento ante el Zuera el pasado 15 de enero. “El portero que tenían tuvo una lesión y me engañaron. Acepté. Estoy en Biescas y no me costaba echarles una mano hasta que se recupere mi compañero. Tiene un esguince en la rodilla y lleva ya un tiempo fuera”, explica.
El último partido de Rodríguez fue un Sabiñánigo-Biescas, un amistoso preparatorio para esta temporada que se disputó en verano. Antes, no pudo salvar la categoría en Tercera RFEF con su Biescas, y en abril descendieron a Regional Preferente. “Mi trabajo es físico y eso ayuda, no te digo que esté al cien por cien, pero ante el Zuera me sentí muy bien y tuve buenas intervenciones”, asegura.
La temporada para el Biescas está siendo dura. Después de sufrir un descenso desde Tercera, ahora es colista en Regional Preferente con 3 puntos. Por si fuera poco, las condiciones climatológicas “son complicadas”, y es que el tiempo no está ayudando. Muchos entrenamientos suspendidos que han cortado el ritmo físico y competitivo del equipo. “Realmente no estamos al cien por cien, y a partir del minuto 80 se nota un bajón en los chicos”. Con 30 centímetros de nieve cubriendo el Fernando Escartín, el partido aplazado que debía disputar el Biescas este domingo ante el Alcolea ha tenido que volver a suspenderse. “Las temperaturas están muy bajas y la nieve se han congelado. El otro día fue a trabajar con -13º”.
Sobre la categoría, opina que se trata de una “Tercera un poco modificada, con equipos muy fuertes como el Fraga o Sariñena, que están ahora en Preferente por algunas razones”. Aunque confiesa que no ha seguido mucho el fútbol este año, sabe que su equipo “es nuevo, joven y con la mirada a futuro. Es una categoría que es tan competitiva con chicos que vienen de juveniles, no es lo mismo como en temporadas atrás. Ese cambio se ha notado en Biescas”.
Habla orgulloso de su hijo Dylan, con el que ha compartido tantos y tantos ratos en el fútbol. De hecho, “siempre hemos jugado juntos, y ahora el 12 de febrero nos enfrentamos en Biescas”. Así es la vida. Tras salir del equipo el pasado verano, Dylan defiende ahora la camiseta del Jacetano. “Por tema de trabajo no puede entrenar mucho y eso le condiciona. Siempre fue el pichichi pero necesita minutos, como todos. El Jacetano está haciendo buena temporada, va tercero o cuarto y tiene buen equipo”, concluye.