La París-Brest-París, todo un símbolo del ciclismo de resistencia, cumple 133 años de historia. Pasa el tiempo, las bicicletas evolucionan con nuevos materiales, pero el espíritu de la prueba sigue siendo el mismo gracias a personas como Miguel Ramón Cored. El oscense es uno de los nombres propios de la París-Brest-París, pero no sólo a nivel local, sino mundial. Y es que se trata de la segunda persona de España con más ediciones de la prueba y el decimotercero a nivel mundial con más pruebas completadas (10).
La PBP, cuya historia comenzaba en 1891 a través de una publicación en el periódico Le Petit Journal, se celebra cada cuatro años, por lo que la próxima edición tendrá lugar del 22 al 26 de agosto de 2027. El sueño, el frío y el cansancio son los hándicaps con los que los valientes deben lidiar a lo largo de los 1.200 kilómetros que tiene la prueba de ultrafondo. La ruta es clara: salir desde París para llegar hasta la bretaña francesa, en la costa atlántica, y de ahí vuelta a la capital.
En la primera edición se dieron cita 206 valientes, mientras que en el último año (2023) fueron 6.810 cicloturistas los que tomaron la salida, ocho de ellos altoaragoneses. El primer vencedor de la historia fue Charles Terront, quien invirtió un tiempo de 71 horas y 37 minutos.
"Nos gusta mucho el entronque que tiene esta prueba, tan histórico, tan bonito... A la primera edición que fui, en 1987, era el único de Huesca y provincia. En su día le tomé el relevo a Sigfredo Arrieta y la conseguí hacer, pero ya fui con zaragozanos. A partir de ahí ya empezamos a ir más gente y se animó todo un poco", recuerda.
Cored asegura que el frío es lo peor de la prueba, aunque también el sueño puede afectar gravemente al desarrollo. "Por la noche puede haber niebla y hace frío y con la velocidad, aunque haya siete u ocho grados, la sensación es de cero. Entonces hay que ir muy abrigado porque si no coges mucho frío. Yo he tenido problemas con vómitos porque se me cortaba la digestión", añade. En este sentido, recuerda la edición de 2019: "Allí estuve muy jodido. Tuve que entrar a una farmacia para tomarme algo".
Por el contrario, recuerda la edición de 2023, un año "muy bueno a pesar de que había un poco de viento en contra. Hizo demasiado calor durante el día, pero por la noche no hizo ese frío de puro invierno". Y cuenta una de tantas anécdotas: "Me puse a dormir, pero no conciliaba el sueño. Estaba en un pabellón con mucha gente roncando. Le dije a una voluntaria que me despertara a las dos de la madrugada, pero no había manera de dormir". También cuenta que hay gente, vecinos de pueblos por los que pasa la PBP, que ofrecen sus garajes para que los corredores descansen.
Fruto de ese cansancio acumulado, de horas y horas sin poder dormir, Cored relata que en ocasiones "tuve alucinaciones, y es que veía sombras de árboles que me asustaban". Pero la París-Brest-París es una prueba muy bien organizada con más de 2.000 comisarios, y es que incluso hay voluntarios que controlan cuánto tiempo has descansado: "Estaba en un pasillo durmiendo, me levanté y una voluntaria me preguntó si estaba bien. Me advirtió que sólo había dormido una hora y me dijo que me quedara más tiempo descansando".
También subraya que en la París-Brest-París tiene cabida cualquier tipo de bicicleta, y es que "en la última edición vi hasta de montaña. Vienen indonesios o indúes, con bicis de montaña y pedalean con zuecos parecidos a los que se llevan en el hospital".
Cored ensalza a la oscense Silvia Ferrer, la primera aragonesa en completar una PBP. "Nos alegramos mucho por ella. Estuvimos todos locos de contentos. Va sobrada y podría hacer París-Brest-París las veces que quisiera".
Cored no cierra la puerta a participar en la próxima edición de 2027. Y es que aunque los años pasen, el espíritu se mantiene intacto. En su día, "la gente no se podía imaginar que con un plato y un piñón un tío pudiera aguantar una sola etapa de 1.200 kilómetros", concluye. De cara al 2026, Cored plantea ir a Italia para completar una prueba preparatoria de 1.300 kilómetros por Los Alpes. "Espero coger plaza, aunque será difícil".