Todo estaba preparado para una fiesta y en fiesta acabó. La demostración de la voluntad y la fe de los jugadores y de la afición en el Pabellón de Hielo de Jaca constituyó una conjura imparable. Habían pasado semanas de congoja, porque el doble triunfo de Majadahonda en los dos primeros choques de la final eran una barrera que se antojaba insalvable. En toda la historia de la competición, nadie había remontado un 2-0 en contra...
Jaca sí. Y lo ha hecho porque es leyenda. Porque quería levantar su Liga número 15. Porque no quería dejar huérfano de compañía a su título copero. Y porque derribar muros de dificultades es parte de su ADN histórico.
Por eso, en el momento en que Alexey Roshchyn decidió iniciar el partido, la ofensiva fue total. Por supuesto que había respeto al rival, pero Pablo Pantoja, a los diez minutos, mostró el camino. 1-0. Sí, se puede. Y en el mismo periodo, Gastón González hizo el 2-0 y levantó las alas del corazón a todos.
Nadie dijo que fuera a ser fácil, así que ya en el segundo tiempo José Luis Hernández acortó distancias. Pero no tardaría Capillas en decidir que se acababa el debate. Tan sòlo un minuto después, el 3-1. Y, en el 29, Gastón el 4-1. Y, a partir de ahí, se hizo largo el partido, aunque imperó el "no news, good news". Lo mejor es que no pasaba nada y sólo a falta de medio minuto Sjöberg acortaba diferencias hasta el 4-2.
Pero, a esas alturas, los brazos ya estaban alzados, preparados para apretarse entre jugadores, cuerpo técnico y afición. Ya son 15, a una del récord que ostenta Txuri Urdiñ. Unas imágenes preciosas, un verdadero minuto de oro que les mostramos aquí.