El Monzón venció con claridad al Atlético Binéfar, en un partido que dominó de principio a fin, que resolvió por completo en la segunda mitad para acabar venciendo por 0-4 y postularse como uno de los pesos pesados del torneo veraniego oscense ante cerca de 100 aficionados y la presencia de Isaac Claver, presidente de la DPH, el diputado de Turismo, Sergio Serra y la alcaldesa de Binéfar, Patricia Rivera.
El ritmo de verano se notó en el inicio, donde al Monzón le costó imponer su superioridad. Cerró la primera mitad con un triunfo por la mínima. Pero esa diferencia, psicológica y dolorosa para el Atlético Binéfar, fue suficiente para que todo cambiara en la segunda. Hay golpes que duelen especialmente, zarpazos que van directos al mentón y cambian la película. Ese tanto, que llegó al filo de la media hora, sirvió para que el Monzón volara y el equipo de Binéfar perdiera pie en el partido. Lo marcó Youssef, que siempre tuvo talento en el último tercio, goles en sus botas.
En la segunda parte, amplió pronto su ventaja el Monzón y fue, en un truco fácil, un vendaval desde entonces. En el minuto 50 llegó el segundo tanto, que se vistió de sentencia. Lo anotó listo y con talento Pablo. Desencadenado el Monzón, la resistencia del Binéfar cayó, quizá vencida por dos lados que definen el fútbol en este punto de la temporada: el físico y el ánimo. Vio el Atlético Binéfar que la distancia era insalvable, que no había pelea posible, que todo estaba perdido entonces. En ese punto se notó la diferencia de categoría, también el menor tiempo de preparación de los de Binéfar.
Los dos últimos goles del Monzón llegaron en una cadencia circular, constante, producto de la numerología. Hubo la misma distancia del tercer gol al cuarto. De 7 en 7 y el Monzón celebró porque le tocaba. El tercer tanto fue obra de Ricky y el definitivo de Iago, dispuesto a poner el sello del triunfo. Venció el equipo del Cinca Media, ganador de todas las batallas, superior de pe a pa. En el inicio pensó que el trofeo era una victoria para toda una provincia. Al acabar el partido, creyó que el viento puede soplar a su favor, que su torneo está lleno de promesas.