Con el fin de romper tabúes, y siendo consciente que "cada vez es menos raro ver a una mujer en la montaña", unas 40 personas han asistido este martes a la Mesa Redonda "Mujer y Montaña" moderada por Lola Mas, socia de Peña Guara, y que ha tenido como protagonistas a Marta Alejandre y Helena Parga.
Inmaculada Aso, trabajadora de la Fundación Ibercaja, ha introducido el acto que ha tenido lugar en el Palacio Villahermosa de Huesca y que se incluye dentro del programa que se ha organizado por el Instituto Aragonés de la Mujer que colabora con el Pirineos Mountain Film Festival para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer que se celebra este miércoles.
Tanto Alejandre como Parga, que son guías de media montaña, han conseguido hacer de la montaña su medio de vida. Y no es poco. Durante la distendida charla, ambas han plasmado su vinculación con el entorno natural y han desarrollado los proyectos, pasados y futuros, que les han bridado "felicidad, mucha felicidad", expresaba Alejandre.
Esta geóloga de 37 años y profesora de esquí alpino es la primera mujer aragonesa en hacer un 8.000. "La vida no existe por encima de los 7.500 metros, por eso hay algo dentro de tí que te aterra". Poniendo en valor la figura de la mujer, ha asegurado que "cada vez es menos raro verla en la montaña", y ha echado la vista atrás para recordar que, "cuando empecé, reconozco que casi era la única en mi grupo de amigos".
Alejandre comenzó subiendo montañas por sus padres y el Valle de Pineta fue el entorno perfecto para dar los primeros pasos. "Ojalá no fueran necesarias las jornadas para fomentar el deporte femenino en las montañas, pero somos minoría", añadía.
Por su parte, Parga es bióloga de formación y ha completado escaladas de muy alto nivel. Formó parte del grupo Trangoworld montañeras, con el que completó importantes actividades. "Las expediciones las completábamos con un grupo de mujeres muy variopintas, y juntas íbamos cumpliendo sueños. Las expediciones con las chicas siempre eran muy divertidas".

Pero sin duda, con lo que se queda la montañera es el "trabajo en equipo, que es súper importante". Lo más "bonito, independientemente de hacerlo con hombre o con mujeres, es hacerlo en equipo", expresaba. Parga lideró el proyecto del glaciar oculto de Cotiella y ahora está embarcada en otro de investigación en Maladeta. También abrió vías con mujeres árabes en países como Marruecos y Jordania.
La pandemia llenó la montaña
Está claro que el coronavirus ha influido en el mundo de la montaña. Desde aquel 2020, recordaba Alejandre, "cuando nos tuvimos que encerrar en casa, se acude en masa a la montaña". Ahora se ven entornos llenos de coches cuando antes había muchos menos, y "existe un problema de masificación". Por eso, se cuestiona si habrá que llegar a poner unos aforos y controlar el acceso de alguna manera. Lo que es seguro en estos momentos es que "la montaña está sufriendo".