Pedro Más y Jesús Español fueron la cara y la cruz de la moneda en el pasado Campeonato del Mundo de mushing sobre tierra disputado en la localidad soriana de Olvega. Ambos participaron en la prueba reina de la competición, R8, y mientras el binefarense Más terminó quinto, Español, musher de Pomar, no pudo concluir al ser descalificado cuando estaba avanzada la primera de las dos mangas.
“Quinto, y con mucho esfuerzo”, relata Pedro Más, que todavía no se ha recuperado del trabajo realizado a pesar de que ya han pasado varios días del campeonato. Destaca la gran experiencia que ha vivido en Olvega, el sacrificio del equipo y “la satisfacción del trabajo” realizado porque en un deporte como éste es fundamental que “los perros entiendan el trabajo que tienen que hacer y confíen en mí”. De lo que se trata es de que los animales que tiran del carro crucen la línea de meta, que no es tan fácil como puede parecAer, y en este sentido el objetivo quedó cumplido en las dos jornadas, en las que rozó una velocidad de 30 km/h, algo inferior de lo que quería.
Avanza que a la próxima competición que vaya lo hará con una bici más ligera y que lo primordial de esta experiencia que ha vivido es que la estrategia diseñada ha salido bien “porque los perros han tenido confianza”, si bien admite haber terminado “muy cansado física y psicológicamente”. Fatiga de la que ahora se recupera. “Para ser el tercer campeonato, me siento más que satisfecho. Aún me falta para saber estar al cien por cien, pero la diferencia con el primero no fue excesiva”.
Mientras tanto, mira el calendario y la próxima cita será el 17 de diciembre, en Mataró, con una prueba de la Liga Catalana que afrontará con cuatro perros. Aunque marca en rojo la fecha del 27 de enero, en la localidad burgalesa de Salas de los Infantes, donde se disputará el Campeonato de España sobre tierra en un circuito de unos 6,2 kilómetros, ligeramente superior a los 5,8 del Mundial.
JESÚS ESPAÑOL, LA CRUZ DE LA MONEDA
Al musher de Pomar de Cinca Jesús Español, la moneda le salió cruz. A falta de unos dos kilómetros para el final de la primera manga fue “cortado” al estar fuera de los tiempos exigidos por la organización. Fue consecuencia de un problema que surgió al comienzo de la carrera cuando uno de los perros de delante que tiraban del carro se llevó dos vallas, eso supuso tener que detenerse durante unos minutos para volver al circuito y ya fue imposible remontar. “Íbamos bien, al galope y a ritmo, pero en este tipo de pruebas los detalles marcan mucho. La semana anterior al campeonato habíamos entrenado en el circuito y realizamos bien la curva, pero entonces no tenía vallas. Puse a la perra más rápida delante y era su primera carrera. En Pomar se conoce bien el circuito donde entrenamos, pero en la competición es todo diferente. Hay mucho público, ven más perros y eso acarrea un estrés. Ellos son animales y se pueden equivocar igual que lo hago yo. Son cosas de carrera”, resume Español, un tanto frustrado.
Tanto él como su compañero Pedro Más coinciden en destacar las características del circuito mundialista, muy técnico, con giros que obligan a realizar un esfuerzo más que importante de destreza en el manejo de los perros y de concentración por la velocidad a la que se mueven.
Está ahora pensando en poder competir en nieve, que es lo que más le gusta, tanto a él como a los perros, y para ello el calendario ofrece una prueba de cuatro días en los Pirineos catalanes y otra de un fin de semana en Francia. No tiene claro que vaya a acudir al Campeonato de España, aunque le gustaría disfrutar, también sobre la nieve, del campeonato castellano-leonés en Vegarada, en la zona del puerto leonés de San Isidro, y del navarro, previsto en Mata de la Haya, en la zona pirenaica de la vecina comunidad.