Los no habituales del Huesca dan la talla en Oviedo… Hasta el minuto 80

Los azulgranas cuajan una buena primera mitad pero dejan vivo a su rival. Sebas Moyano retrata a la defensa con un gol en el tramo final

Adrián Mora
Periodista
04 de Octubre de 2023
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Manu Rico y Seoane, viejos conocidos
Manu Rico y Seoane, viejos conocidos

Ficha técnica:

Real Oviedo: Leo Román; Luengo (Romario 79’), Dani Calvo, David Costas, Abel Bretones (Pomares (87’), Seoane (Cazorla 66’), Luismi (Jimmy 87’), Paulino (Sebas Moyano 66’), Viti; Colombatto y Borja Bastón.

SD Huesca: Álvaro; Loureiro, Rubén, Blasco, Vilarrasa; Balboa, Manu Rico, Javi Mier (Sielva 60’), Javi Martínez (Vallejo 69’), Lombardo (Nieto 69’) y Kanté (Bolívar 60’).

Árbitro: Cid Camacho (Comité castellanoleonés) Sagués Oscoz (VAR). Ha amonestado a Colombatto (37’) y Luismi (68’) por el Oviedo y a Kanté (42’) y Rubén (71’) por el Huesca.

Goles: 1-0, minuto 82: Sebas Moyano.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 9 de la Liga Hypermotion disputado en el Carlos Tartiere.

Quien perdona, lo paga. No hay una verdad más absoluta en esto del fútbol. El Huesca, que ha dado por bueno el punto que tanto había trabajado en una gran primera mitad, ha perdido este miércoles en su visita al Carlos Tartiere ante el Real Oviedo después de un gol de Sebas Moyano en el minuto 82. Hasta ese momento, aunque las filas azulgranas ya se habían juntado y pisaban campo propio siendo un equipo mucho más corto que en los inicios, el conjunto de Cuco Ziganda había cuajado un buen partido. Serio, rocoso, contundente atrás y sin concesiones. Bien es cierto que, con Vallejo, Joaquín y compañía en el banquillo, y con Valentín y Obeng en casa viendo el encuentro por la televisión, al Huesca le ha faltado chispa en el frente.

Tampoco hay que ser ventajistas y matar el planteamiento inicial, que también es cierto que de primeras ha sorprendido por los numerosos cambios en el once titular. La realidad es que el Huesca sigue pegándose tiros en el pie; con errores propios en zonas determinantes que cuestan goles mientras sigue encontrando una fiabilidad defensiva que el curso anterior le dio nada más y nada menos que la salvación. Es reincidente porque encaja el mismo tipo de goles, casi jornada sí, jornada también. Ahora todo ha cambiado porque las piernas de los jugadores tiemblan más de la cuenta. El equipo es frágil, un flan por momentos. Se rompe como cuando cae al suelo una figurita de porcelana. Demasiado novato para llevar tantos años en el fútbol profesional.

Sin Obeng ni Gerard Valentín en la citación por lesión, Cuco Ziganda ponía en liza un once muy remozado, con seis cambios respecto al último que se vio en El Alcoraz el pasado domingo. Rubén, Blasco, Vilarrasa, Balboa, Manu Rico -que ya fue titular en el mismo escenario la temporada pasada- y Lombardo han sido las novedades de un equipo en el que se han caído Pulido, Martos, Nieto, Sielva y Vallejo. El técnico navarro plantaba prácticamente una defensa de cinco cuando su equipo no tenía el balón, con Javi Martínez un día más tirado en el costado derecho y ayudando mucho a su lateral, en este caso Loureiro.

Ha intentado el Huesca ir a buscar a su rival con un bloque medio-alto sin balón y lo cierto es que no le ha salido mal. En los primeros minutos, no se ha arrinconado atrás ni mucho menos, sino que ha tenido la actitud de ir arriba sin esperar en campo propio. Ha presionado también en los saques de portería que ha efectuado en corto Leo Román y ahí el Huesca casi siempre ha salido airoso porque el Oviedo no ha logrado progresar y tan sólo en contadas ocasiones ha logrado pisar campo azulgrana con relativo peligro.

La primera media hora ha sido bastante igualada aunque el balón ha rodado mucho más por el campo del equipo local, incómodo y con serias dudas sobre su plan de partido. También es justo darle su correspondiente grado de mérito al Huesca, que ha cuajado un trabajo exquisito, con mucho oficio.

Ha tenido que sacar una buena mano Álvaro en un centro lateral de Abel Bretones que buscaba la cabeza a algún compañero, pero la sensación, en cualquier caso, estaba el Huesca casi en la obligación de hacer daño porque el Oviedo se lo ha puesto en bandeja, sobre todo en la primera parte.

Con todo ello, la película aguardaba por aquel entonces la intriga de ver qué iba a suceder en la segunda mitad. Ha salido mejor el Oviedo tras el paso por vestuarios y Bastón ha avisado en dos ocasiones. En la primera no ha aprovechado un error en la salida de balón de Rubén Pulido y en la segunda, un minuto después, tampoco ha sido capaz de empujar a gol un pase de la muerte de Bretones desde la izquierda porque el disparo ha salido demasiado flojo y centrado. El lateral zurdo ha percutido mucho y muy bien, siendo de lo más peligroso y punzante de su equipo.

Ziganda le ha dado media hora a Bolívar pero el venezolano está siendo por ahora una especie de fantasma en el ataque azulgrana. Se ha protegido el Huesca cuando el preparador navarro ha dado entrada a Nieto y se ha colocado junto a Loureiro. Crónica de una muerte anunciada.

¿Guardar la ropa o ir a por un equipo con muchas dudas? ¿Darle valor al punto que antes del pitido inicial era un tesoro o aprovechar para rascar la segunda victoria de la temporada? El Huesca ha preferido juntar líneas y no volverse de vacío, pero Sebas Moyano, ya con el Huesca demasiado junto y hundido, ha borrado la sonrisa de un plumazo.

Un centro de Bretones -de lo más potable del Oviedo- desde la izquierda, lo ha controlado Moyano dentro del área ante la presión de Rubén. El central, retratado, ha visto cómo el ex del Lugo se ha girado y ha cruzado el balón ante Álvaro para hacer el 1-0. Los carbayones tan sólo han necesitado una.

El propio Moyano ha estrellado un balón en el palo poco después que ha podido ser la sentencia mientras el Huesca ya estaba descolocado y nervioso. Por aquel entonces ya no había reacción posible. Demasiado duro.

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