La euforia tras el triunfo ante el Racing de Ferrol se reconduce hacia la consideración de una victoria pírrica si tenemos en cuenta la pérdida de dos de los efectivos importantes del equipo de Antonio Hidalgo: Óscar Sielva y Javi Hernández. El técnico ya aventuró la lesión muscular del metrónomo y la rotura del metatarsiano del benjamín atómico.
La experiencia dicta que en el caso del de Olot hay que esperar a las pruebas que se realizarán avanzada la semana para determinar el grado de su rotura. La reciente recuperación de Loureiro demuestra que hay que aguardar a ver el alcance (en el caso del gallego era muy inferior a la temida y en dos semanas ya estaba de vuelta) en los isquiotibiales.
Más compleja parece la afección a Javi Hernández, que se ha desplazado a Barcelona para ponerse en un primer momento diagnóstico en las manos de los servicios médicos del Espanyol, club que lo cedió al Huesca. No ofrece duda la zona implicada, el quinto metatarsiano, pero también en este caso hay muchas graduaciones para dilucidar si hay intervención quirúrgica o tratamiento conservador de recuperación. En ambos casos, la observación reza que le quedarán entre cuatro y seis semanas para su disponibilidad en la alineación.
El Huesca tiene, en este sentido, experiencias. En el año del primer ascenso, padeció la misma rotura el Cucho Hernández en la parte final de la temporada. Se optó por un tratamiento conservador y el resultado fue óptimo. En la campaña pasada, mientras preparaba el partido de pretemporada contra el Sabadell, se rompió Joaquín Muñoz. Aunque se optó en primera instancia por buscar la fórmula conservadora, finalmente acabó pasando por el quirófano.
En cualquier caso, cualquier previsión de recuperación pasará indefectiblemente por las pruebas que en el caso del españolista ya se están efectuando y con Óscar Sielva esperarán a la vuelta de estos dos días festivos, en miércoles o jueves. El caso es que, cuando vuelvan, lo hagan en plenitud para el asalto al ilusionante tramo final