La pasión por bandera. Así se expresaba antes del entrenamiento del miércoles Óscar Sielva, el rumbo del juego del Huesca, referencia en el vestuario, ante la nueva etapa. "Nueva temporada, nuevo entrenador, nuevos jugadores, todo es diferente, pero ojalá la gente siga igual de ilusionada. Porque seguro que va a ser un año apasionante, en el que ojalá podamos disfrutar tanto como lo hicimos el año pasado, tanto ellos como nosotros”.
El metrónomo del equipo está esperanzado con la composición de una plantilla tremendamente remozada. “Hay ya mucha gente nueva para empezar la pretemporada, y eso es bueno, porque nos permite conocernos pronto en el día a día, ya que eso será lo que haga que seamos un equipo”, estima el catalán. “Ya se vio el año pasado lo rápido que se acopló la gente, y seguro que este año también es así. Nosotros, los veteranos, intentaremos ayudarles lo más rápido posible”.
Porque la experiencia es un grado y es conocimiento de la atmósfera, ha resumido a los nuevos los valores de la Sociedad Deportiva Huesca: “Humildad y crear una familia dentro del vestuario”.
Señala los objetivos desde el horizonte que marca la pretemporada: “Conseguir esos 50 puntos que son los que te suelen permitir seguir un año más en Segunda División”, y en el aspecto individual todo a favor de la causa: “Poder ayudar mucho al equipo y disfrutar del nivel que creo que gocé el año pasado gran parte de la temporada y que ojalá pueda mantener”.