Un oscense en Milton Keynes: Miguel Jiménez, el ingeniero de Red Bull del campeón del mundo de F1

Tras su paso por Alpine, hace unos meses firmó por la escudería de origen austríaco, pero con sede en Inglaterra: "Ahora tengo un puesto con más responsabilidad y también con mejores resultados"

Adrián Mora
Periodista
07 de Febrero de 2024
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Miguel Jiménez, ingeniero oscense en Milton Keynes.
Miguel Jiménez, ingeniero oscense en Milton Keynes.

¿Qué hace un oscense en Milton Keynes (Inglaterra)? Miguel Jiménez, concretamente, trabajar para el campeón del mundo de Fórmula 1, Max Verstappen. Tras su periplo en la escudería Alpine, el ingeniero Miguel Jiménez fichó hace unos meses por la escudería Red Bull.

La última vez que atendió a EL DIARIO DE HUESCA fue en octubre de 2022, tras su reciente llegada a Alpine. “Estuve hasta mayo, pero en marzo o así yo ya sabía que tenía el puesto en Red Bull. Se lo comuniqué a Alpine y lo entendió. Son empresas, pero son rivales y muchos exempleados trabajan allí. Se conocen unos a otros. Me tuve que cambiar de ciudad y la verdad que muy bien”, comenta.

Las oportunidades laborales en el mundo automovilístico son públicas y, “si te interesa ir más a otro -explica-, por un lado o por otro te acabas encontrando. Siempre es fácil ver oportunidades o que te conozcan otros equipos una vez que están aquí dentro”. Lo más difícil siempre fue entrar en Alpine. Una vez dentro de una escudería es mucho más sencillo moverse por el mundillo. “Ahora tengo un puesto con más responsabilidad y también con mejores resultados, que también importa”.

Pero el cambio de Alpine a Red Bull es significativo: “Es un sitio más grande, con más empleados. Se nota cuando vas a trabajar: hay casi 2.000 personas. Lo ves en las infraestructuras, en el comedor… todo es mucho más grande. Cuando entras en la recepción hay muchos más trofeos. También hay más motivación porque se está ganando, eso se nota”.

Su llegada al equipo inglés coincidió con la consolidación de Verstappen en lo alto de la clasificación. Desde entonces, “fueron 13 o 14 victorias hasta final de temporada, que es una barbaridad”. No lo calificaría como una “responsabilidad” el hecho de trabajar para el mejor piloto del mundo, “porque se distribuye en muchas personas y, si metes la pata, suele cubrirlo alguien. Está todo muy calculado de forma que un error personal no suele afectar prácticamente nada. Los que estamos en fábrica no sentimos una responsabilidad tan grande cuando estás rodeado de gente muy top. Es más el aportar y sentir que estás aportando”.

Jiménez se encarga de la simulación y modelado. Esto es el simulador de los pilotos donde entrenan. Al equipo, a su vez, también le sirve para poner el coche a punto. Es lo más parecido que existe a un juego de Fórmula 1, pero creado por ellos completamente. Las físicas del coche son las físicas reales. De hecho, cada componente del coche tiene que modelar físicamente su comportamiento: los movimientos de la suspensión, la masa del coche, los neumáticos… todo eso tiene que estar modelado con un comportamiento que son ecuaciones que se tiene que escribir en un código, que luego se pasa al simulador. Ese mismo código se usa para hacer simulaciones que se utilizan cada fin de semana para optimizar cosas del coche.

Este oscense se asienta en Milton Keynes, una zona un poco industrial con una ciudad que está preparada para empresas grandes. Hay muchos lugares de ocio y está muy cerca de Londres, por lo que parece un lugar apetecible. “Es una ciudad al estilo americano con avenidas enormes y muchas casas. Está muy bien”, añade.

Una gran empresa dividida en tres

Podríamos decir que Red Bull está dividido en tres segmentos: por un lado, la de la Fórmula 1. Otra sección se dedica a hacer motos, bicicletas, submarinos y todo lo que no es F1. La última es Red Bull Powertrains, que se encarga de los motores para, en 2026, empezar a utilizar los propios, ya que hasta ahora han estado utilizando Honda. “Allí hay 300 o 400 personas que todas han fichado en los últimos años, porque han empezado de la nada. En total suman casi 2.000”, explica Jiménez.

Siendo fan de la Fórmula 1 desde pequeño, el altoaragonés no esconde las ganas del ya confirmado Gran Premio de Madrid, en 2026. El deseo que tiene ahora es mantener también el de Barcelona y así contar con dos ubicaciones en España. “Me quedé con ganas de ir a Valencia en su época, con que si tengo la oportunidad iré como espectador a Madrid. A ver dónde estoy en dos años…”, comenta.

Sobre los cambios que se han producido en la última década en la F1, que son muchos, argumenta que, desde que él está dentro, la realidad es que apenas ha cambiado nada, aunque “si que hablas con gente con 15 o 20 años de experiencia y te cuentan cómo hacían las cosas en el pasado. Es casi sorprendente por cómo trabajaban. Nosotros miramos hasta el mínimo detalle con la máxima precisión en mediciones o simulaciones”.

Las ingenieras, en auge

Es una realidad y lo afirma con rotundidad: cada vez hay más mujeres ingenieras en lo que hasta hace nada era un mundo prácticamente de hombres. “Puedo decir que sí porque las chicas que conozco de alrededor son todas jóvenes”. Los veteranos, en cambio, “son hombres y las chicas que se ven tienen menos de 30 años”.

En su departamento grande, por ejemplo, ya hay dos ingenieras que son españolas y están prácticamente recién aterrizadas. “Está en auge y, además, hay bastante interés en gente de España, Italia y Europa, incluso más que en Reino Unido”, concluye.

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