Dani Calvo ha ampliado este viernes su vinculación con el Oviedo hasta el 30 de junio de 2024. Una temporada más para el defensa oscense, que llegó a tierras asturianas la campaña pasada de la mano de Cuco Ziganda.
Aquel fichaje por el conjunto carbayón fue un contrasentido para la afición del Huesca. El central había quedado libre, tras no renovar en el Elche, y le llegaron varias propuestas pero ninguna de la entidad azulgrana. Hubiese sido “el fichaje” del club oscense por lo que representaba su figura: un futbolista de Huesca y curtido en Segunda División que también había jugado en Primera. Eran presente y futuro de la mano, un gran reclamo para la hinchada.
Pero en ningún momento hubo llamada del Huesca, que hizo oídos sordos al clamor de la calle y de los aficionados. Al final, una llamada personal de Ziganda le bastó para decir sí al Oviedo. Firmó por dos años y un tercero opcional, este último condicionado al ascenso a Primera División. En Huesca generó una agria polémica su “no fichaje” e incluso entre los miembros de la directiva hubo discrepancias por lo sucedido, achacando toda la responsabilidad al entonces director deportivo, Rubén García. Aunque también quedó la impresión de que la entidad oscense, aparte de un “interés cero” en su contratación, lo dejó ir sin hacerle duelo.
El Oviedo no ha dudado, ni siquiera ha esperado a que esa cláusula se cumpliera, entre otras razones porque está difícil a estas alturas de la temporada. Desde la web del cuadro oviedista dejan bien claras las razones de la ampliación del contrato: “El oscense, capitán del Real Oviedo y uno de los pilares de la defensa carbayona, se enroló a la disciplina oviedista en el verano de 2021, aportando su dilatada experiencia en LaLiga y convirtiéndose en uno de los fijos en la zaga de los de la capital del Principado. En sus más de sesenta partidos con la elástica azul, Dani Calvo ha mostrado su liderazgo en la defensa, su orden defensivo y su gran salida de balón”. Y resaltan: “demostrando su compromiso por el club y por el proyecto que el Grupo Pachuca tiene de cara al próximo año”.
No es de extrañar porque es lo que siempre ha sido el oscense. Un jugador de incuestionable regularidad, que apenas se lesiona (incluso este año jugó estando lesionado), que tampoco es castigado por las tarjetas y que siempre está a disposición del entrenador. Y que, por añadidura, suma jerarquía porque no ha tardado ponerse galones como uno de los capitanes del equipo.
Tras rubricar el contrato, Dani Calvo se mostró satisfecho y en declaraciones a los medios oviedistas dijo estar “muy feliz por seguir juntos de la mano este camino. Hemos firmado una temporada más y la verdad es que estoy muy agradecido al club, al grupo Pachuca y vamos a ver si podemos conseguir los objetivos que nos marcamos”.
Además, añadía, “es un compendio de muchas cosas: la familia, el club, la ciudad… Se han reunido muchas cosas para firmar esta ampliación de contrato”.
Dani Calvo, tras su paso por la EFO, jugó en el Peñas Oscenses en División de Honor y Cadete -incluso tuvo a su padre, Ramón, de entrenador, que siempre ha sido un gran apoyo y consejero- y cerró su etapa formativa en el juvenil. Después emigró a Soria, donde tuvo un paso rápido por el juvenil de División de Honor y el filial de Tercera División del Numancia.
Anquela lo incorporó a los entrenamientos del primer equipo y le brindó el debut en Segunda División en la última jornada de la campaña 13-14, ante el Eibar. Jugó tres cursos en el cuadro soriano (58 partidos) y por medio una cesión al Atlético Levante. En su vuelta al Numoancia, jugó media temporada y en el mercado de invierno fue al Elche. Con los franjiverdes se hizo con la titularidad indiscutible y fue clave en el ascenso a Primera. Jugó un total de 70 encuentros, de los cuales 23 fueron en la máxima categoría anotando dos goles.