El jaqués Pablo Castrillo (Equipo Kern Pharma) ha protagonizado una nueva gesta enorme en la Vuelta Ciclista a España en la que ha llegado hasta el final escapado junto a Sivakov y Vlasov en la decimoquinta etapa de la ronda en la que han llegado con casi tres minutos hasta el infernal Cuitu Negro en la que han sufrido una dureza sobrehumana hasta llegar hasta los 1.850 metros desde los seiscientos de los que han partido en Infiesto. Una subida de 18,9 kilómetros al 7,4 % con rampas de más del 24 %.
El oscense se ha metido en la fuga multitudinaria cuando habían transcurrido sesenta kilómetros y se ha mantenido cuando se iba haciendo la selección hasta llegar al final. Los últimos kilómetros, salvajes, daban la sensación de un Castrillo cansado, lógico con su proliferación en las escapadas. Ha pasado cuarto en la cima de Collardiella, sumando bonificación, y no ha cedido en su ímpetu el del Equipo Kern Pharma.
Había miedo porque los de detrás estaban a dos minutos a falta de tres kilómetros. Entonces, ha demarrado brutalmente el jaqués y ha dejado de rueda a Sivakov y Vlasov, sin mirar atrás. Cuando las rampas marcaban un 18 %, Pablo iba como si tuviera motor, impresionante, a su ritmo, pleno de fe, ganándose el Sueldo Jaqués y la admiración mundial. Ha ido abriendo más hueco y más hueco, se ha retorcido como un valiente, coimo un coloso, como un héroe, le ha cogido Vlasov, ha soportado y se la han jugado, pero al final la gloria: SEGUNDA ETAPA EN LA VUELTA. ¡Ha nacido una estrella!
En su primera Vuelta, dos triunfos. Ha afirmado a Televisión Española que con la primera etapa estaba más que satisfecho. "Ha sido un gran regalo para mí". "El ataque me ha dado alas para un segundo o tercer puesto, pero no esperaba ganar para nada".
Ha afirmado que Sivakov tiraba todo el día, "he visto la cara que llevaba Vlasov y he atacado, pero tenía miedo con el rival que es. Ganar en Manzanera era lo que es, pero esto es un puto sueño".