Sociedad Deportiva Huesca: la tostada cae por el lado de la mantequilla

La respuesta del Oficial Mayor que da origen al Decreto de esta mañana es sobrecogedora pensando en las consecuencias de la falta de acción de los dirigentes del club

03 de Noviembre de 2023
Guardar
Estadio El Alcoraz.
Estadio El Alcoraz.

La expresión gráfica de la Ley de Murphy es la tostada que se estampa contra el suelo justo por el lado de la mantequilla, dejando el firme pringoso y la tostada incomible, salvo que el patoso no tenga escrúpulos. Sin embargo, en uno de los innumerables libros sobre el popular ingeniero aeroespacial, convertido en mofa y befa por sus experimentos bien intencionados, me encantó una formulación irrebatible: la posibilidad de que un ordenador se estropee es inversalmente proporcional a la importancia del documento en que se trabaja. Si es trascendental, no se fastidia. Si es vital, el aparato se malogra y pierde la información. Esto es, entrados en esta dinámica, todo lo que puede salir mal... sale peor.

A tenor del informe del Oficial Mayor del Ayuntamiento de Huesca ante el recurso de la Sociedad Deportiva para que le concedan, sin más providencias, la licencia ambiental, algo de esto ha sucedido. El documento más relevante de cuantos ha recibido el club en los últimos años ha dormido el sueño de los justos durante semanas, meses, hasta que ha llegado el ogro de la ley y les ha soltado un bufido para que despertaran. 

Demoledor el oficial mayor
Demoledor el oficial mayor

Vamos a contextualizar cronológicamente. En 2018, la Sociedad Deportiva Huesca nos tenía maravillados con las obras de reforma que dirigió con acierto y entrega su gerente, desde el jueves despedido. Dos años después, se emprendió una segunda fase de trabajos. Y, justo es decirlo, presumimos sin límites de nuestra "bombonera", del "teatro de los sueños" y todas esas hipérboles que henchían nuestro pecho. Una modificación sustancial de una instalación, empero, demanda una solicitud de licencia ambiental, la antaño denominada de actividad, para albergar los espectáculos o contenidos que le son propios de su condición.

El 7 de mayo pasado, el entonces alcalde, Luis Felipe, emitió un decreto exigiendo la documentación precisa para formalizar ese trámite que no es baladí. La licencia ambiental no es para garantizar el vuelo del búho chico, sino fundamentalmente para tener todas las garantías de que el recinto es seguro y sencillo de desalojar ante cualquier contingencia. Llegaron tragedias como las de Murcia y desde las más altas instancias del Pignatelli hubo un requerimiento a las alcaldías para que extremaran la tutela de cualquier espacio proclive a la concentración de ciudadanos. Repentinamente, de algún cajón, emergió el documento y automáticamente se erigió en advertencia a la Sociedad Deportiva Huesca, donde hibernaba en un escondite ignoto.

Las jornadas previas al Huesca-Eldense, 7 de octubre, se desató la madre de todas las tormentas de nervios. Ante la inacción del Huesca, el Ayuntamiento pasó de la notificación a la advertencia seria: el cierre del estadio podía ser inminente. Horas de muchas tensiones, de negociaciones y de prórrogas en la búsqueda del arca perdida que había de albergar el tesoro con el que conseguir la licencia del Inaga y del consistorio. Como por arte de birlibirloque, nada por acá, nada por acullá.

El filibusterismo administrativo del Huesca no hace sino confirmar la deriva que desciende desde las más altas esferas hasta el inframundo del césped, una proyección propia de toda crisis institucional en el deporte que se precie. Los últimos días han vuelto las oscuras golondrinas y el decreto de hoy no ha sido más que un punto seguido hacia una resolución que, o será ya, o dará un paso más hacia el desastre.

Eleva las alas de la indignación esa frase del Oficial Mayor del Ayuntamiento: "La situación creada se debe esencialmente a la inactividad de la SD Huesca SAD y es ella la responsable de no haber presentado en su momento la documentación requerida". Es una consideración gravísima que no hace sino confirmar la sospecha generalizada de tantos y tantos, y que el comunicado del club no ha tranquilizado, porque es obvio que se ha centrado no en responder al Decreto, sino a la interpretación errada de un medio de comunicación y de un partido. En ningún momento dice que El Alcoraz se va a cerrar inminentemente, porque de hecho es sólo -y tanto- una respuesta a una petición del club de suspender el documento de 17 de mayo del anterior alcalde, y de ahí no pasa.

No tiene desperdicio la respuesta del funcionario consistorial a los daños a los que alude el recurrente, el Huesca. El relato es estremecedor: "El cierre del estadio generaría la imposibilidad de que los aficionados asistieran al estadio y la sanción de tres puntos por los organismos correspondientes; el cierre continuado provocaría la expulsión inmediata de la competición y consiguientemente la desaparición de la SD Huesca SAD y unas pérdidas cercanas a los 7 millones de euros; afectaría a más de 200 trabajadores indirectos además de a un número de trabajadores que realizan sus funciones los días de partido; todo ello llevaría al cierre del Estadio y a la presentación inmediata de un concurso liquidación de la misma eliminando cualquier atisbo de que la ciudad de Huesca cuente con un equipo de fútbol profesional". Nada comparable, afirma el Oficial Mayor en román paladino, a la garantía de la seguridad y el bienestar de 8.000 personas que pudiera verse comprometida. La apelación a la Liga de Fútbol Profesional y su luz verde a los requisitos para que el Huesca dispute la competición no aplican, porque son de otro ámbito competencial al que incumbe a la obligación de la licencia ambiental.

Como los socráticos, podemos encontrar las respuestas a través de las preguntas. En el ejercicio de la mayéutica, y sobrecogido por el horizonte que expone en su recurso el consejero delegado del Huesca, inquiero: y habiendo semejantes riesgos catastróficos que nos inundarían de tristeza, ¿cómo es posible tal desidia, tal negligencia y tanta elusión de responsabilidades? Alguien habrá de contestar. O no, la otra opción es dejar morir al pajarito. No será la primera vez que esta ciudad deje fenecer al animalico teniendo una jaula tan lustrosa.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante