Jorge Pulido ha sido el protagonista este jueves en la SD Huesca tras cumplir 250 partidos con la elástica azulgrana. El gran capitán ha hablado de pasado, de presente y también de futuro. Sabe que tiene que ser el líder de un proyecto que en los últimos se ha tambaleado, y de qué manera.
"Es muy complicado llegar a esos 250 partidos con un mismo club. Estoy contento por la cifra y esperamos sumar muchos más hasta que el cuerpo aguante", aseveraba. Al preguntarle por el momento más bonito que ha vivido con esta camiseta, decía que "todo aficionado se quedaría con Lugo. Fue un antes y un después con un ascenso a Primera. Los más optimistas no podían creerlo. Fue un momento muy bonito".
Pulido recordaba su pasado en Bélgica, donde tenía tres años de contrato: "Me vino la oferta del Huesca. En la segunda vuelta allí tuve una lesión de rodilla y no pude entrar mucho en los planes. El fútbol era diferente. En cuanto a crecimiento personal estábamos aprendiendo inglés con mi mujer, pero lo futbolístico es lo que prima. Mandé un mensaje a Melero, con el que estuve en el Castilla, y me dijo que Huesca era espectacular y había un gran grupo".
El Huesca le ofreció dos años de contrato y reconoce que "me vine cobrando la mitad de lo que cobraba en Bélgica. Pero la decisión era salir porque en el fútbol de Bélgica no estaba a gusto. Gracias a Dios me llevó a estar otra vez en Primera. He formado una familia y esta es mi casa".
El de Castillo de Bayuela es todo corazón, y lo demuestra en el campo con garra y pundonor. Por eso dice que se guía siempre por el mismo. "En ese momento me decía que tenía que salir de allí y es la decisión más acertada que he tomado en mi vida. Vengo de un pueblo de 800 habitantes muy pequeño, con unos valores de humildad. Me gustan mucho los valores del Huesca y comulgo con los de la provincia. Me encantan los pueblos del Pirineo y la montaña".
Recuerda algún momento "duro", y no sólo puede ser el hecho de bajar de Primera, "sino convulso y muy complicado". El "batacazo de Valencia" contrasta con lo que sucedió el año pasado, cuando el equipo estuvo en el borde del precipicio en lo deportivo y en lo institucional. "Tuve que ejercer de capitán e intentar aislarnos de ciertas situaciones. Gracias a los compañeros, trabajadores… hemos hecho de la BAF un búnker".
Llegando ya al presente y siendo consciente que hay equipos "que dan pánico" porque son muy potentes, "hay que ser objetivos". Habla de que los nueve puntos obtenidos hasta ahora son "nueve puntazos". Por eso "hay que celebrar cada punto".
Puntualizaba que en la segunda en Málaga "estuvimos más cómodos. Es lo que tenemos y hay que seguir dándole una vuelta. Podemos dar bastante más cada uno de nosotros". No mira más allá del próximo entrenamiento y quiere "disfrutar, porque la vida pasa súper rápido y nunca sabes dónde está el final. Hay que disfrutar de la ciudad deportiva, y si tengo la suerte de jugar en El Alcoraz el lunes, disfrutarlo".
Pulido ha vuelto a ensalzar el "gran grupo" que hay en el vestuario. Es algo palpable y sólo hay que ver cómo se han celebrado todos los goles y las victorias: "La gente que no ha jugado lo celebra igual... estamos entrando todos en dinámica. Eso nos ayuda a estar unidos".
Hablando de nombres propios, se le ha preguntado por Rubén Pulido, su compañero en la zaga. "Todos sabemos el potencial que tiene. Ojalá pueda darnos un salto de calidad. Tuvimos la desgracia de su lesión la temporada pasada. Yo siempre le digo que ojalá hubiese tenido sus cualidades. Ya tuve alguna conversación con él. Ojalá pueda ayudarnos mucho".
Finalmente, sabe que el nivel del año pasado en El Alcoraz no se puede repetir. Conoce como nadie a la afición y sabe que "pide que corran y que te dejes la piel. La gente no es tonta y sabe que el club esta en un cambio. Se tiene que notar que transmitimos. Nosotros damos todo lo que tenemos. Que no sea un Huesca plano".