¡Qué victoria!

El partido pone de manifiesto que la mejoría desde la llegada de Hidalgo al banquillo azulgrana es real

Luis Costa
Programador cultural
20 de Noviembre de 2023
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Loureiro, un capitán en la sombra
Loureiro, un capitán en la sombra

No fueron tres puntos más. Ganar en La Romareda siempre es especial. Para unos, y para otros. Y, si no, sólo hay que ver el recibimiento del autobús de la SD Huesca. Inimaginable hace apenas una década. Pero esta SD Huesca fue capaz de reinar en un duelo en el que fueron superiores de principio a fin.

Más allá de lo especial en que se ha convertido este enfrentamiento, el partido pone de manifiesto que la mejoría desde la llegada de Hidalgo al banquillo azulgrana es real. Ya no es sólo una sensación, sino que los números están ahí: 9 puntos de 18 posibles desde que se hizo cargo. Le ha cambiado la cara a un equipo que parecía muerto; pero este muerto está muy vivo, y no había mejor escenario para resucitar y abandonar los infiernos -aunque fuese por unas horas- que La Romareda.

Un triunfo que empezó a fraguarse la jornada pasada ante el Espanyol, en lo que es, hasta ahora, el mejor partido de todo el curso. En esos 90 minutos, muchos se dieron cuenta que, dentro del vestuario, hay mucho más de lo que pensábamos. Que hay mimbres para conseguir una permanencia vital para el futuro del club como entidad, y que la propuesta que se ha instaurado con el cambio en el banquillo no sólo gusta más al aficionado sino también al futbolista. Personalmente, creo que esa idea de dominar a través de la posesión beneficia a una plantilla plagada de jugadores que disfrutan más corriendo con el balón en el pie que detrás de él.

El sábado ganó el grupo por encima de cualquier individualidad. Quizá ese recibimiento tan hostil, reservado generalmente para los equipos grandes, reforzó todavía más la idea de que el grupo es la clave de todo. Pero, dentro de ese grupo, me gustaría destacar algunos nombres propios. 

La pareja de centrales firmó el mejor partido juntos. Blasco, cada día más asentado, y Jorge Pulido dieron una clase magistral. El equipo apenas sufrió en centros laterales -un suplicio hasta hace bien poco-, salieron ganadores de los duelos individuales e hicieron una lectura de partido perfecta. Para mí, la línea de 4 que completaban Loureiro -en su línea, siendo el mejor, de largo, de lo que va de año- y Nieto -golazo para rubricar un excelente partido-, marcó la diferencia entre un Real Zaragoza blando y una SD Huesca que mordía.

Destacar también la primera parte de Joaquín. Un jugador que nunca se esconde y que, esta vez sí, le salieron las cosas. Ojalá sea un punto de inflexión porque lo vamos a necesitar, y mucho. Y remarcar también a otros dos jugadores que cambiaron el rumbo del encuentro: Javi Martínez, que siempre que aparece, crece el equipo, y Samuel Obeng, quien se reencontró con el gol en otra muestra más de tenerle tomada la medida a los maños. De las botas del soriano y de la cabeza del ghanés nació la jugada que lo cambió todo.

Ahora toca disfrutar. Aunque sea sólo unos días, porque el viernes vuelve la Liga al Alcoraz con la visita de otro transatlántico de la categoría como el Valladolid. Equipos que está demostrado que se nos dan bien. Y qué mejor día para sumar los tres primeros puntos ante nuestra afición.

Termino recordando que, a pesar de todo, terminamos la jornada en descenso. Y caeríamos en el error si pensamos que, con esto, ya está hecho. Nos va a tocar sufrir, y mucho. Y, como digo siempre, lo difícil no es ganar. Lo verdaderamente complicado es volver a ganar.

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