El CD Robres jugará como local este próximo fin de semana fuera de su campo habitual, San Blas. Unas mejoras que se están efectuando en su césped obligan al conjunto monegrino ha desplazarse hasta El Municipal de Grañén para jugar el encuentro ante el CD Valdefierro.
"En los días de verano de alta temperatura se quemó el césped y ahora la mayoría del campo está muerto", explica el entrenador del equipo, Dani Acirón. En estos momentos se están realizando labores de resiembra urgente que comenzaron hace un par de semanas, pero los plazos no han permitido llegar a tiempo para dicho partido.
La empresa encargada de realizar los trabajos de acondicionamiento han recomendado no pisarlo todavía, por lo que habrá que esperar al menos dos semanas más para jugar allí. La semana próxima, el Robres visita al UD Montecarlo y ya sería en la jornada 7 cuando, en principio, se estrenaría el nuevo césped ante el CD Zuera.
Una vez que el club se puso en contacto con el Ayuntamiento de Grañén para solicitar la instalación, no hubo ningún problema y, de momento, este partido se jugará allí "esperando que no sean más", concluye Acirón. En estos momentos, el campo de Grañén tan sólo lo utilizan varios equipos del fútbol base del pueblo.