El CD Robres vive un momento dulce. El pasado domingo llegó a la cifra redonda de los 50 puntos y por eso se sitúa en lo más alto de la clasificación. Es más, suma siete victorias consecutivas, aunque el partido ante el Casetas del pasado 2 de febrero lo tiene como perdido por una "alineación indebida". De momento.
Al verse ahí arriba, liderando la tabla, es inevitable ver sobrevolar los fantasmas del pasado, cuando se ganó el derecho a ascender pero no pudo por su condición de filial del CD Ebro, ahora en Tercera RFEF. Si éste no asciende a Segunda RFEF, el Robres tampoco podrá hacerlo a Tercera.
En Regional Preferente, hay que tener en cuenta que el primero y el mejor segundo ascenderán a final de temporada directamente a Tercera. "Se preocupa más la gente de eso que nosotros mismos. Evidentemente, lo seguimos, pero no salimos a competir pensando eso. Nosotros competimos para ganar la liga", explica el entrenador, Diego Allueva.
Reconoce que "tenemos una gran plantilla, de las mejores, y esa es la realidad. Tenemos mucha gente con experiencia en Tercera y los medios adecuados. Estamos ahí, pero dependemos del Ebro, como el año pasado cuando tuvimos plaza de ascenso después de finalizar segundo". En ese caso se benefició el Zuera, que ahora está en Tercera cuajando una gran temporada. Y por eso el Ontiñena jugó la Copa del Rey esta temporada, y el Barbastro acabó ascendiendo hace dos años a Segunda RFEF cuando el Robres fue campeón de Tercera.
El Robres se medirá próximamente a rivales directos, por lo que ahí puede estar la clave de esta temporada para determinar los ascensos. Después de visitar al Fraga B este próximo fin de semana, recibirá al Ontiñena y, acto seguido, al Quinto, dos equipos de la zona de arriba. Pero es que luego visitará al Internacional de Huesca. Sin duda, un mes de marzo muy exigente.
"Nos han quitado los puntos del Casetas, pero eso está en recurso y veremos a ver en qué se queda. Estamos contentos porque, para lo mal que empezamos, llevamos siete partidos sin perder, y hemos tenido que ganar a todos los de arriba para llegar ahí", añade el preparador.
Al ser filial de un equipo como el Ebro, el Robres cuenta con una estructura que le permite estar cerca del profesionalismo. "Es una gozada de club porque entrenamos con muchos jugadores y las condiciones son muy buenas. Estoy convencido que entrenamos, como mínimo, como un equipo medio de Tercera. Es una estructura preparada para lo que es, pero luego esto es fútbol y sabemos lo que pasa".
La extrema igualdad que hay en la parte de arriba ha hecho que nos "quitarnos puntos entre nosotros. Luego hay muchos campos que puntuar es complicado como Altorricón, Santa Anastasia, Peña Ferranca, Quinto... Al final, hay campos pequeños que son complicados". Ahí es vital la capacidad de adaptación. "En esos campos tienes que cambiar tu estilo de juego, y hay mucha diferencia respecto a otros partidos. Tienes que ser versátil, porque en esos campos pequeños hay duelos y lucha", concluye.