Fue una de esas lesiones que duelen incluso a la vista. Diego Aznar había entrado en el terreno de juego en el minuto 70 con el objetivo de propiciar desde arriba la reacción del Huesca, y seis minutos después un feo gesto de la rodilla, en un apoyo en el que buscaba un balón dividido, desató todas las alarmas. Se retiró en camilla, dolorido y apenado al máximo en el 79 de juego.
Las pruebas diagnósticas a las que ha sido sometido en la mañana de este jueves el jugador de la Sociedad Deportiva Huesca han confirmado la grave dolencia de su rodilla derecha. El jugador azulgrana sufre una lesión multiligamentaria, con rotura del ligamento cruzado anterior, del ligamento lateral y afectación también del menisco externo. Las peores predicciones se han cumplido.
El jefe del servicio de traumatología de la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), el doctor José Manuel García Pequerul, junto al doctor Raúl Zapata, han llevado a cabo las pertinentes pruebas para confirmar el pronóstico. Ahora, en estrecha colaboración con los servicios médicos del club, con el doctor Juan Carlos Galindo a la cabeza, valorarán el momento más adecuado para llevar a cabo la intervención quirúrgica, y empezar con su recuperación que, como suele asegurar el galeno jefe del Huesca, dependerá de la evolución biológica. Pero larga, desde luego, será.
La Sociedad Deportiva Huesca ha querido trasladarle toda la fuerza del mundo al canterano, "convencidos de su regreso al césped más fuerte todavía". El propio Sergi Guilló expresaba tras el partido su consternación, al asegurar que ha jugado hasta ahora menos de lo que merecía para la intensidad que demuestra en los entrenamientos"