Con la predicción de un hermoso día nos pusimos en marcha para llegar hasta Castillazuelo en el Somontano de Barbastro, para disfrutar de un buen paseo por el entorno del río Vero entre Castillazuelo y Pozán de Vero.
Empezamos las ruta en Castillazuelo, por calle que se va empinando y que está marcada como PR-HU71, además de indicar el comienzo de la particular “Ruta de las ermitas”, la calle desemboca en un camino que asciende hasta llegar a la sencilla ermita de San Fabián y San Sebastián, desde donde seguimos el camino viejo de Alquézar, llano y amable que discurre entre campos de cultivo de cereal con viñas, oliveras y almendreras hasta que llegamos a la ermita de San Macario, patrono de Pozán de Vero.
En esta ermita (siglo XVIII) pudimos disfrutar de preciosas vistas en todo el derredor, destacando Salas Altas, el Pueyo de Barbastro, ermita de la candelera, castillo de los barones de Castro y todo lo que circunda al río Vero, así como otras más altas como Cotiella y el Turbón.
En esta ermita aprovechamos el buen tiempo, las buenas mesas y los bancos para almorzar compartiendo viandas y charla por igual, mientras se derrochaban fotos del paisaje y de los grupos de amigos.
Tras un buen rato de parada para el almuerzo, reanudamos la marcha para llegar hasta Pozán de Vero por la parte alta y descender hasta la carretera, que cruzamos hacia la zona deportiva del pueblo, tras la cual, una bonita senda nos llevó hasta la orilla del Vero bajo los impresionantes arcos del acueducto del canal del Cinca, construido hace ya unos 60 años.
Vale la pena hacer este corto recorrido para ver este paraje ya que impresionan los enormes arcos elípticos que sostienen el acueducto sobre con el primer azud del día, construido en los siglos XVI y XVII.
Tras la vista del acueducto, retrocedimos por la senda para cruzar el río por el puente medieval, y seguir ya la ruta local de los Azudes o de las Huertas.
En este tramo de la ruta hasta Castillazuelo encontramos todo tipo de obras para regular el agua del río y hacer así un vergel de campos y huertas en la vereda del río, que causa la envidia de cualquiera que conozca la tierra, primero el Azud del Salto del Pozán, que garantiza desde Castillazuelo hasta Barbastro agua por la acequia de San Marcos para riegos y algún molino, precioso de visitar por el tamaño, las vistas y la crecida que llevaba el río.
Continuamos por la senda, ahora señalizada también como ruta de “Ras Vals”, entre campos de cultivo, viñas y choperas típicas de la ribera de ríos, hasta cruzar de nuevo el río por el acueducto de San Marcos, construido en el año 1578 y con 11 metros de altura sobre el cauce del río, para garantizar agua en el molino de Castillazuelo y adaptado también para el paso a pié, donde nos hicimos sin número de fotos.
Desde este punto, y en pocos minutos nos plantamos en Castillazuelo, donde dimos por terminada la excursión, nos subimos al bus y en Colungo hicimos aprecio a la buena mesada que nos habían preparado, disfrutando de la mejor compañía.
Tras unas 4:30 horas, 12 kilómetros, desnivel positivo y negativo de 174 metros, terminamos la jornada, felices y contentos, agradeciendo el buen día y la mejor compañía, ventura para todos y hasta la próxima.
