Sara Domens se incorporó al arbitraje hace dos temporadas, el mismo tiempo que lleva preparando las oposiciones para entrar en el cuerpo de la Policía Nacional. Tiene ahora 21 años, jacetana de origen, es la única árbitra de la zona norte de la provincia altoaragonesa.
Su afición por el fútbol viene de lejos porque jugaba desde pequeña. Hasta que le entró el “gusanillo” del arbitraje y parece lanzada. Esta última campaña ha dirigido regularmente partidos de Segunda Regional -normalmente en solitario, porque no hay líneas- y lo ha compatibilizado con tareas de asistente de la 2ª RFEF femenina y también en la 3ª RFEF femenina, en este caso tanto de principal como de ayudante. Si supera las pruebas del mes de agosto, seguirá avanzando hasta la Primera Regional, lo cual le permitirá estar como asistente en partidos de categoría nacional femenina.
“Siempre he jugado a fútbol, de pequeña en el Estanco Martín de fútbol-sala y d.espués en equipos de Zaragoza. Hasta que llegó un momento en que me dije “¿por qué no pruebo como árbitra?”. Era una forma de seguir ligada al fútbol”, señala Sara.
Entrar en una categoría como la Segunda Regional tiene su complejidad, es como estar sola ante el peligro, pero lo asume de buen grado. “Sobre todo hay que mantener la calma y estar tranquila”, observa, al tiempo que admite “de asistente siento menos presión… aunque si te equivocas van a por ti. Hay entrenadores que lo piden todo”.
Solo recuerda una situación complicada, por no decir violenta, cuando expulsó a un jugador en un partido de El Gancho, en Zaragoza, le insistieron para que le quitara al futbolista la tarjeta roja. La cosa se puso complicada y tuvo que llamar a la policía para poder abandonar el recinto. Es obvio que mantuvo en el acta la expulsión.
Cuando conoce la designación del fin de semana no se detiene a mirar más allá de cómo va la clasificación de los equipos a los que va a pitar y busca sentirse una compañera más. “Si son partidos femeninos, con muchas chicas he jugado, las conozco y tenemos buen rollo. No tiene por qué haber problemas”.
“Hay gente que te respeta más y otros no tanto. De todo. También hay quienes insultan y en algunos casos aún existe ese aire machista por algún comentario que tienes que escuchar, sobre todo desde fuera del campo. Pero estás a lo que estás y no presto atención”, indica la colegiada.
En el colectivo arbitral ha sido bien aceptada y de manera especial agradece a los hermanos Paradís, Pedro y Paco, el apoyo que siempre le han dispensado. “Desde el primer día que nos conocimos en un partido del Jacetano me han animado y son muy importantes para mí”, comenta.
El reciente ascenso de Marta Huerta a la Segunda División, que le convierte en la primera árbitra en el fútbol profesional, se convierte también en un referente y un incentivo para todas las colegiadas. En el colectivo altoaragonés hay dos árbitras bien encaminadas como son María Monesma en 1ª RFEF femenina o Carmela Capistrós (asistente en la Liga Iberdrola y en 1ª RFEF masculina). “Mi aspiración es subir lo más arriba posible. Sería un sueño la Primera División. Ahora me apetece más ir hacia el fútbol femenino".
Tres son las cualidades que Sara Domens considera debe tener un árbitro: “tranquilidad, que no te afecten las opiniones externas y tener la conciencia tranquila”.
Esta misma temporada fue distinguida por la Peña Los Magníficos en el transcurso de la Gala del Fútbol Femenino. Hubo premios para las jugadoras y para ella como árbitra. “Fue un reconocimiento muy bonito y muy agradecido”, concluye.