La Fundación Alcoraz se ha tentado los machos y ha tirado de posibilismo. Es probable, solo probable, que al Huesca a final de temporada no lo reconozca ni la madre que lo parió De hecho, lleva meses en que todo es entrópico. Todo va fenomenal pero, en apenas nueve meses y medio, han concurrido en el Camino del Cocorón tres Consejos de Administración distintos, el multitudinario, el equipo de fútbol-sala y ahora el que recibe se supone que como capitán general a Agustín Lasaosa, aunque con nomenclatura distinta. Salen dos figuras del petonismo, Gustavo García Capó y Cristina Aranda, aunque quedan resquicios.
Además, se reconoce ya abiertamente que hay que valorar las posibilidades de compraventa y la viabilidad -la única- de una ampliación de capital con inversores locales, algo que este escribano lleva meses tratando con el nuevo presidente de la Fundación al que hay que agradecerle su tiento para tomar las decisiones que ni son fáciles ni en este momento han sido las óptimas... al cien por ciento y según se anunciaba desde el entorno. Esto es, que lo que se viene argumentando desde hace catorce meses sobre la bondad de la economía del Huesca se ha mostrado absolutamente falaz por la circunstancia que sea, pero ha puesto en muy feo lugar a quienes así lo han manifestado, que -de momento- siguen en el club.
La pregunta es cómo va a funcionar este "tinder" de citas que se van a ver las caras en el primer Consejo de Administración. ¿Es Agustín Lasaosa el hombre fuerte por el añadido de "ejecutivo" al cargo de consejero que se supone que le otorga tal función? Si es así, ¿cómo está la correlación de competencias y jerarquías con el consejero delegado, José Luis Ortas? Tercero, ya que por activa y por pasiva al implicado el presidente Callizo le ha manifestado que no se sentará con él en el Consejo, ¿significa que dimitirá o que presidirá los consejos de pie? Un poco incómodo, seguramente para el presidente que niega la presencia de Lasaosa y también se adivina que para éste (aunque él tomará asiento, que ya es ventaja)... y para Josete.
¿Se necesitará un mediador para que el baile de Tinder empiece con armonía? De momento, la cuestión no parece haber comenzado con demasiados cariños. A estas horas, comen en El Alcoraz una paella "by Ardid" pagada por el presidente institucional sin que el consejero ejecutivo haya sido invitado, con lo que parece que los primeros pases de la danza van un poco desacompasados. Si entre cerca de sesenta comensales, no hay sitio para el nuevo colega de consejo, no parece fácil que esto esté solucionado.
Y, si no está solucionado, implica que, en próximos días, semanas o meses vamos a vivir nuevas turbulencias. La crisis que nunca se acaba. Cosas veredes, querido Sancho.