SD Huesca: Saber dudar a tiempo para reencontrarse con las certezas

El enjambre en el que se ha convertido una plantilla de 28 efectivos no va a hacer sino penalizar la eficiencia del equipo

07 de Septiembre de 2025
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La SD Huesa celebra el gol de Enol
La SD Huesa celebra el gol de Enol

Quien dese alcanzar una certeza ha de "saber dudar a tiempo". Esta máxima aristotélica sirve para todas las facetas de la vida, y de manera muy clara para el fútbol. No es la primera ocasión en la que el Huesca se enfrenta a un colista (incluso desahuciado como aquel Racing de Santander que ganó al equipo de Míchel y a punto estuvo de arruinar el segundo ascenso a Primera) y acaba vacunado. Por eso algunos somos temerosos ante estos partidos que no es que sean trampa, sino la constatación de que hay que tirar de una dosis extra de humildad porque el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y ya ni se puede aplicar el aforismo de que siempre ganan los alemanes. Y ese es el entierro de la gran certeza histórica.

Estas derrotas, dentro de que dejan tocada anímicamente a la afición -a los jugadores se les supone profesionalidad para elevarse-, sirven para extender la mancha de las dudas que son el cimiento para encontrar certezas. A mi modo de entender, el enjambre en el que se ha convertido una plantilla de 28 efectivos no va a hacer sino penalizar la eficiencia del equipo. Aun no habiendo marcha atrás, conviene señalar, en descargo del entrenador, que de una manera incluso excesivamente educada ya ha apuntado este hándicap, esta superpoblación, esta complejidad que opera contra la fluidez. Lo hizo antes del cierre del mercado, lo sigue resaltando. En el barullo, se halla poca claridad. No haber sabido dar cuatro o cinco salidas es un error cuya dimensión, si es que existe -nada podemos asegurar nadie-, puede constituir un factor en la ejecutoria de esta temporada, al menos hasta el mercado de invierno.

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Pero, como no hay que fiarlo tan largo, podemos convenir que el partido en Ceuta ha sido un horror de incertidumbres, de errores, de muchas dudas en medio de las cuales apenas ha encontrado certeza Enol con su golazo. Jugadores veteranos desorientados (preocupante  lo del gran capitán), por la acumulación de centrocampistas y la velocidad de los atacantes ceutíes, más provistos de voluntad que de calidad pero al final todo esto es opinable y rebatirlo es demostrable (han ganado 2-1), los jóvenes sin empuje y algunos del banquillo que no se conciben en tal lugar después de los episodios anteriores, singularmente lo de Carrillo goleador y asistente ante el Éibar. Salvo que tuviera alguna molestia, desde el punto de vista aficionado, no parece racional.

Estoy convencido de que Guilló, que ha atravesado un capítulo de desconcierto (el de Éibar lo admitió), ya irá zambullendo sus pensamientos en las soluciones para mejorar rendimientos en medio de la marabunta de fichas de las que dispone, a la que, curiosamente, quizás le falte alguna básica (ese ariete que no llegó por lo que no llegó). En sus manos están las respuestas. Los observadores somos émulos de Dante Alighieri cuando pregonaba que no menos que el saber le placía el dudar. De la ciudad autónoma de Ceuta, de donde antaño venían cargados los que acudían con radios y gafas de sol Rayban porque sus precios eran de locura, el Huesca se ha traido dudas... El coste lo comprobaremos.

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