Somos más de BAR que de VAR

No obsta la indignidad del trencilla valenciano para que la mejoría del Huesca sea insuficiente porque está muy escaso de recursos

25 de Noviembre de 2023
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Ais Reig en un partido entre la SD Huesca y el Real Valladolid. Foto: LaLiga
Ais Reig en un partido entre la SD Huesca y el Real Valladolid. Foto: LaLiga

Antonio Hidalgo se ha dado cuenta: al Huesca nunca le asiste el VAR. Un penalti tan discutible como el de esta noche de Gerard Valentín es solventado con la suficiencia propia de mentes mucho más despiertas que la de Ais Reig en apenas segundo, acostumbrados como estamos a letanías, dibujos en el aire de un cuadrado y comprobaciones. Aquí somos más de BAR, como las campañas de la cervecera de mi amigo Enrique Torguet. El VAR, que debiera ser un magnífico instrumento en manos de ingenieros imparciales y hasta ayunos de conocimientos futbolísticos (reglamento, líneas y ya), queda al albur no ya de este Ais Reig al que es evidente que en otra vida le sucedieron toda clase de tropelías en nuestra ciudad, seguramente a manos de algún advenedizo ajeno a la Osca o la Wasqa. Es que ahí, metido en la cueva del videoarbitraje, estaba esta velada futbolística otro inefable, Sagués Oscoz, habitualmente perpetrador de injusticias contra nuestro club.

Ais Reig, el que pitó un penalti por espalda de Josué Sa, repito que seguramente sodomizado en otra de sus vidas por estos lares lo que justificaría su aversión a nuestro equipo, y Sagués Oscoz son caballos ganadores... para el rival del Huesca. Más allá de este antecedente, más allá incluso de las felonías con las que ha zaherido nuestra moral y nuestra cuenta de resultados, lo peor es que además es una especie de obseso de la falta de respeto, personaje con manía persecutoria hacia el exterior, y es que se veía desde el primer tiempo que se la tenía jurada a Gerard Valentín y a Obeng, hasta que ha tenido la oportunidad de castigar la osadía de quejarse cuando les atizaban los defensas. Lo que viene a llamarse un árbitro chulo, de esos a los que Guruceta recriminaba cuando amenazaban en vano.

No obsta, sin embargo, la indignidad del trencilla valenciano para que la mejoría del Huesca sea insuficiente porque está muy escaso de recursos, y ya que el club tuvo la gentileza de regalarnos una conferencia bajo pago del ponente (esto es, lo que se llama un mensaje con munición de efecto controlado), atienda sus transparencias con datos entre líneas para buscar urgentemente una fórmula con la que poder salvar la categoría, más que nada porque las boyantes hipérboles de valores a las que aludió quedan muy mermadas -también lo expuso- en los escenarios menos optimistas. Y ahora estamos en la escena del miedo y de la incertidumbre... como mínimo.

 

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