A cualquier aficionado azulgrana se le vienen buenos recuerdos a la mente cuando se nombra a Joaquín Sorribas. El gran capitán, con más de 500 partidos en sus piernas, vive un momento dulce profesionalmente, ahora sin pisar el césped: forma parte del cuerpo técnico del Deportivo de La Coruña, actual equipo de Primera RFEF, con el que intenta asaltar una vez más el fútbol profesional. La SD Huesca, su amigo Jesús Cabrero, los Pirineos -a los que llama casa-. Son algunas de las cuestiones que desgrana el "zagal" de Abella.
Líder de la categoría y siete victorias consecutivas. Poco más se puede pedir a estar alturas de competición. "Todos recordábamos aquel 'Superdepor' que ganó la liga, copas... Disfrutaba con el Madrid y el Barça. Verlo en la Primera RFEF, era muy sorprendente. Llegué en una situación de descenso y no había visto una situación de presión así. La consternación que había en todos los estamentos. Lo vivimos con bastante intensidad, pero el trabajo diario ha ido dando poco a poco dando frutos", comenta el altoaragonés.
Sorribas es el responsable del área conductual y motivacional del club, desempeñando la labor de psicólogo del primer equipo. También apoya a la academia trabajando la parte más emocional. Con pasado en el Valencia CF, confirma a EL DIARIO DE HUESCA que era su sueño adentrarse en la psicología deportiva. Aunque estudió psicopedagogía, es cierto que cuando se retiró, y casi de "manera espontánea", estuvo tres años como director deportivo. Fue algo circunstancial, "casi me convencieron, pero no era mi ADN".
Su labor ahora mismo es "fortalecer el liderazgo" del entrenador. El fútbol tiene cuatro perspectivas "muy importantes" -explica-: la técnica, la táctica, la física y la psicológica. El entrenador, respaldado por un cuerpo técnico, tiene los ojos puestos en las tres primeras cuestiones, pero hay otro perfil que le tiene que ayudar en la psicología. "No intervengo demasiado de forma grupal porque puedo encontrar alguna contradicción con el liderazgo del entrenador. Es importante haber jugado muchos años al fútbol para conocer los vestuarios". Entre sus labores también está la evaluación a los futbolistas para conocer sus fortalezas y debilidades a nivel psicológico y emocional, haciendo con ello un perfil competitivo.
Habla de su coincidencia con Jesús Cabrero, también psicólogo deportivo y una figura que sonó con fuerza para entrar en el Huesca hace unos meses pero que se demorará hasta la próxima temporada. Sorribas coincidió con él en el Zaragoza, en el Burgos y en el Huesca. Compartiendo piso hasta en dos etapas, Sorribas siempre intentó inculcarle toda la pasión por la psicología. "Él también estudió lo mismo y a mí me formaron en Valencia. Yo lo fui formando a él y por eso tenemos una forma de trabajar parecida. Tenemos el mismo estilo. Digamos que siempre he estado intentando ayudarle. Creo que le ayudaría muchísimo al Huesca", explica refiriéndose al actual entrenador de porteros del CD Teruel.
Volviendo al reto del ascenso, Sorribas subraya que La Coruña representa a ese pelotón de ciudades favoritas "que tienen una necesidad imperiosa y no vale otra cosa que ascender. Tienen que ir recuperando ese estatus deportivo. Tengo entendido que Coruña es la ciudad con más socios por habitante y metro cuadrado. El ambiente es parecido a Zaragoza pero La Coruña tiene 250.000 habitantes. El nivel de fervor que hay aquí es difícil encontrarlo en otra ciudad. Aquí solo existe el Deportivo de La Coruña y es una religión".
Un Deportivo muy aragonés
Pero Sorribas no es el único aragonés en el Deportivo. Fernando Soriano, director deportivo; y el binefarense Mario Gibanel, segundo entrenador, completan la representación regional en tierras gallegas.
La lógica es que en el momento en el que entra Fernando Soriano en el Deportivo y hace su proyecto, "es mucho más fácil que entremos personas como nosotros. Es un grandísimo amigo mío, compañero en el Zaragoza, y con Mario Gibanel (segundo entrenador) compartimos grupos de amigos. Cuando tienes que ir a la guerra vas con los tuyos. Sabes que no te van a fallar y van a dar ese extra y ese nivel de lealtad. Ahí estamos todos intentando todos que acabe de salir bien".
¿Volver a El Alcoraz con el Depor?
"Ojalá. Sería muy bonito. El Deportivo tiene la mejor afición de España y se merece esta alegría. Después, para mí sería precioso volver a El Alcoraz. Ya lo hice con el Toledo y tuve un recibimiento increíble. Volver 10 o 12 años después sería muy bonito", comenta. Pero primero hay que ir "paso a paso". El Huesca "lleva muy buena racha y nosotros también, pero el fútbol es muy cruel y queda muchísimo. Hay que seguir trabajando día a día y sin pensar en el objetivo final".
Un hombre "de casa"
Queda lejos Abella de La Coruña. Casi 950 kilómetros de distancia cubren la localidad altoaragonesa con la gallega. Pese a todas las vueltas que le ha hecho dar el fútbol, "soy una persona con unas raíces muy profundas a Huesca y al Pirineo. Es una necesidad ir a mi tierra. Soy muy familiar y la verdad que me está costando más que otras veces". Ha vivido en Almería e incluso en Ceuta, el lugar más lejano, pero en La Coruña "las combinaciones no son fáciles" y la rutina del fútbol profesional no permite viajar. "Por muy acostumbrado que esté, no lo llevo del todo bien. Y eso que este lugar es maravilloso, pero si estuviera más cerca me gustaría más".