Juan Diego Molina Martínez era el nombre que estaba plasmado en el contrato a falta de firma de Stoichkov, como tal es conocido, y de la Sociedad Deportiva Huesca en el final del mercado de verano de la temporada 2021-22.
Veleidades de los dirigentes entonces del Huesca, el fichaje apalabrado y concretado por el entonces director deportivo, Rubén García, fue desautorizado por las máximas jerarquías del club y el ansiado delantero recaló en la Sociedd Deportiva Eibar, donde en 126 partidos marcaría 46 goles, que se suman a una producción realizadora de 12 tantos en el Sabadell en la campaña anterior y los 16 en la 19-20 con el Alcorcón.
Eran tiempos en los que la Sociedad Deportiva Huesca que iba a empezar entrenando Nacho Ambriz tenía posibles, después de opulentas cuentas en Primera y la partida para los recién descendidos. Intrahistoria de un club que explica, a interpretación de cada uno, la deriva posterior.
Este domingo, presumiblemente, será una amenaza en El Alcoraz tras incorporarse al Granada Stoichkov, quien un buen día pudo ser, pero no fue, azulgrana. Un jugador con extraordinaria movilidad y con la vista puesta en el arco. Allí le esperará Dani Jiménez.