Las trabas impuestas a las amazonas dan la victoria a los corredores en el “XXVI Desafío Hombre contra Caballo” de Lanaja

José Ignacio Borraz, organizador del desafío, anuncia revancha con los mismos protagonistas

DH
21 de Septiembre de 2025
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Amazonas, corredores, mairalesas, alcaldesa entrenador y organizador
Amazonas, corredores, mairalesas, alcaldesa entrenador y organizador

Como ocurriera en 1950, después de la tradicional carrera pedestre, tuvo lugar en la villa de Lanaja el desafío del hombre contra el caballo. En esta ocasión todo estaba concertado previamente, excepto la victoria. Los organizadores, María Luisa Novellón y José Ignacio Borraz, como cada año, plantearon variantes para lograr el espectáculo perfecto. Por un lado dos amazonas con sus correspondientes monturas y, como rivales, cinco mocetones experimentados en el arte de correr. Ambos grupos de contendientes albergaban el objetivo de completar 10 vueltas, a relevos, en primer lugar.

Las amazonas Laura Calabria, con su caballo “Agadir”, y Elena Varona con la yegua “Bleis” no pudieron salvar los obstáculos que pusieron en bandeja el triunfo a los atletas del club Alcampo Scorpio71 de Zaragoza. Los corredores Diego Bernad, Gonzalo Álvaro, Miguel Guillén, Pedro Blasco y Daniel Jimeno, del club Alcampo Scorpio71 de Zaragoza, buscaban ansiosos el triunfo.

El circuito parecía el principal impedimento para que las amazonas sumaran la vigésima victoria de las 26 ediciones celebradas; sin embargo, un insignificante palo sería el principal obstáculo que permitiría vencer a los corredores.

El desafío se celebró en el escenario de los últimos años, en las antiguas instalaciones de atletismo. José Ignacio Borraz, experimentado jinete, había diseñado un circuito con suficientes trabas para que la disputa por deseado título fuese lo más reñida posible, con forma de óvalo puntiagudo en uno de los extremos y con rectas en los laterales.

1 Salida de la carrera. Elena Varona y Diego Bernad
Salida de la carrera. Elena Varona y Diego Bernad.

La vuelta de los caballos medía 300 m. Salía del campo por una pequeña bajada en uno de los extremos y terminaba en punta en el otro extremo. Este fue el lugar elegido por las amazonas y atletas para intercambiar el testigo del relevo, en cada vuelta. El testigo como elemento físico se utilizaba por primera vez en el desafío.

Por el interior, sin salir del campo, los corredores realizaban el recorrido en paralelo, pero con una distancia de 250 m. y haciendo dos relevos por vuelta. 

La alcaldesa, Arancha Barcos, fue la encargada de dar la salida. En la línea, Elena Varona con la yegua “Bleis” y Diego Bernad. Tras la salida la amazona tomaba el desvío fuera del campo, distanciándose el atleta, mientras el caballo realizaba el recorrido ampliado. Sin embargo, el intercambio del testigo fue la principal causa de la derrota de las amazonas. Elena Varona se subía por segunda vez a su montura y aunque el acoplamiento parecía perfecto, en la aproximación de la yegua “Bleis” con el caballo “Agadir” para pasarse el testigo perdieron  mucho tiempo; el suficiente para permitir a los atletas sacar media vuelta después de las dos primeras recorridas. En la tercera vuelta las amazonas prescindieron del intercambio del testigo; sin embargo, los atletas fueron capaces de mantener la distancia conquistada hasta el final de la carrera.

El desafío no fue tan vistoso y emocionante como en ediciones anteriores. En ningún momento el público pudo disfrutar de la clásica estampa del corredor junto al caballo. Laura y Elena mantuvieron su alegre simpatía alentando al público para estimular ánimos. Los corredores, orgullosos de verse vencedores, también incitaron a los espectadores arrebatándoles numerosos aplausos.

Al final, todos se contagiaron de la alegría de los campeones. La alcaldesa entregó el trofeo al equipo vencedor y las mairalesas pusieron medallas conmemorativas a todos los participantes.

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