Cuarto día en la aventura de cruzar el pirineo de mar a mar. Después de una tercera etapa muy dura y exigente, con mucho calor y con dos finales en alto y en sitios diferentes, la Transpyr Coast to Coast ha regalado una ruta colorida, paisajística y amable a sus participantes. Sin mucho desnivel y con bajadas pronunciadas, los protagonistas han podido disfrutar del cambio de paisaje que ofrece el pirineo aragonés, más montañoso, frondoso y algo más húmido.
La primera parada ha sido en el pueblo de Aínsa. Un colofón perfecto a esta etapa de transición. Aínsa ha recibido a los participantes con su imponente río y con un clima, de nuevo, algo nublado y que ha regulado las altas temperaturas con las que los corredores han hecho parte de las últimas dos etapas.
La modalidad de carretera, algo más exigida el día anterior por su llegada en Taull, ha sido la primera en pisar el territorio oscense, con los primeros corredores llegando un poco antes del mediodía. Todas las reacciones señalaban y agradecían la suavidad y belleza de la etapa.
La llegada más espectacular ha llegado desde la modalidad de montaña, que han entrado en Aínsa después de una etapa de 95 Kilómetros a través de la conocida como zona cero ha dejado algunas imágenes espectaculares. Los corredores y los corredores, aunque algo cansados, han podido disfrutar de este espectacular descenso antes de descansar en Aínsa para la próxima etapa.
Este jueves, el objetivo será Jaca. Recorriendo la zona aragonesa, la etapa promete ser una de las más espectaculares en cuanto a paisajes de toda la Transpyr Coast to Coast 2025. Con la entrega de premios en el Centro Cultural de Aínsa, que ha contado con presencia institucional, se ha puesto punto final a una jornada que ha servido para superar el ecuador de esta trepidante aventura.