El castillo d' Acher es una cima de 2.384 metros situada en la zona de la selva de Oza en la parte occidental del Pirineo aragonés. Geológicamente hablando es un sinclinal colgado y representa uno de los mejores ejemplos de este tipo de formaciones.
En esta ocasión este grupo de alta montaña de Peña Guara tiene la pretensión de subirlo por el corredor Ledormeur o "el durmiente" y para su descenso hacer el camino más asequible por su cara sur y su ruta normal que es la más transitada y frecuentada por los montañeros.
Y aquí comienza nuestra aventura. Saliendo de Huesca sobre las seis y media de la mañana los 17 montañeros viajamos hacia la selva de Oza ubicada en un entorno de montaña incomparable. Aparcamos a unos 50 metros del punto donde comienza la senda que siempre en sentido ascendente se dirige pasando por unos espesos bosques de pinos y hayas hacia su destino de hoy, el castillo d’Acher.
Después de atravesar varios barrancos se va aclarando el bosque y poco después de una hora y media hemos hecho unos 700 metros de desnivel positivo llegando a unos altos prados que a partir de ahora nos acompañarán hasta el casquete somital de la mole en forma de muralla que rodea al castillo d’Acher.
Por esa zona de prados hacemos una breve parada para desayunar. Después nos ponemos en marcha y seguimos progresando por esas laderas de hierba que luego se convierten en una inclinada pedrera sin senda alguna dirigiéndonos hacia unas barranqueras de colores rojizos.
El camino se hace duro al tener que andar con esa inclinación, es más para sarrios que para personas, aun así, poco después llegamos a un pequeño collado y cambiamos de dirección subiendo por una arista que después de varias trepadas nos deja ver ya cerca el corredor Ledormeur, así que seguimos hacia él directamente.
Este corredor está formado en una inclinada muralla con forma de cueva, de hecho, podría describirse como un agujero que ha tallado la naturaleza de una manera espontánea y única que atraviesa de lado a lado la muralla de la montaña.

Una vez justo debajo del corredor nos damos cuenta de que ha caído justo por el orificio de arriba un cacho inmenso de nieve helada justo en medio que no nos va a permitir el progreso que estábamos esperando.
Así que pronto nos ponemos a trabajar para poder ascender dando algún tipo de seguridad al grupo ya que el hielo en forma de tapón no nos deja escalar la vía con normalidad. Así que mientras el resto del grupo se coloca el arnés y espera, unos cuantos de nosotros colocamos las dos líneas de vida que hacen falta de manera independiente para poder ascender con seguridad asegurando a todo el grupo. Para ello empleamos 5 cintas exprés, una reunión colocada arriba en una roca improvisada y dos cuerdas independientes de 30 metros, todo ese material más el trabajo de romper el hielo con los piolets para poder acceder a las cuerdas nos lleva más de una hora de trabajo que con otros 45 minutos para que suba el grupo por completo hace un total de casi dos horas.
Todos los componentes del grupo dan la talla y se comportan de una manera intachable para solventar el corredor que en esta ocasión está más difícil de lo que se esperaba.
Después de pasar el corredor y recoger todo el material nos dirigimos ya por la arista cimera hacia la cima principal de 2.384 metros de altura donde hacemos una parada para comer, ya son casi las 2 de la tarde.
Hacemos fotos, unas risas, y se palpa la alegría de este triunfo en esta ocasión hemos conseguido luchando con coraje en el corredor. Después de la parada para comer realizamos el descenso ya programado por la vía normal de ascenso que alcanzamos más abajo después de pasar algunos neveros y siguiendo la arista hacia el sur. Después tenemos un amplio canal de piedra suelta que nos hace extremar la precaución en todo el descenso de la muralla.
Vamos llegando a la zona de hierba que se halla justo debajo de la muralla y juntándose con el camino de ascenso que hemos hecho y que dejamos a la izquierda.
Seguimos bajando y volvemos por el camino de ascenso atravesando de nuevo el precioso bosque de pino y hayas que nos brinda un reportaje fotográfico en un marco incomparable.
Después de esta aventura nos damos cuenta de lo afortunados que somos al tener tan cerca de Huesca una maravilla en forma de montaña de esta categoría y también la grata sensación de haber ascendido este monte por una cara no habitual de una manera impecable que nunca olvidaremos "gracias castillo d'Acher por tu hospitalidad".
Según los navegadores los datos técnicos de la excursión nos indican que hemos hecho más de 1.300 metros de desnivel tanto positivo como negativo, para unos 13'5 kilómetros de recorrido en una actividad que ha durado unas 9 horas.
