Travesía hacia el Pico Aspe entre un mundo circular de montañas

Con unos 1.200 metros de desnivel, los veintinueve montañeros de Peña Guara disfrutaron de unas preciosas vistas

Sergio Vivas
05 de Febrero de 2024
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Foto de grupo en la cima del Pico Aspe.
Foto de grupo en la cima del Pico Aspe.

El Pico Aspe, también conocido como Pico de la Garganta de Aísa o Punta Esper es otro de esos montes que, pese a tener una altitud moderada, posee un fuerte carisma y goza de renombre entre los pirineístas. Con sus 2.645 metros de altitud el Aspe es la cumbre principal de los valles de Aísa y Candanchú.

La sección de montaña de Peña Guara denominada Travesías Pirenaicas en esta ocasión lo ascendió desde el parking de la Cleta por su cara sur, enmarcada en el valle de Aísa.

Aunque es un ascenso sin demasiadas complicaciones en verano, en invierno se suman un cúmulo de pequeñas dificultades por la nieve y el hielo. Así pues, una vez todos en el parking de la Cleta, y ataviados como siempre con el material necesario para este ascenso, comenzó la aventura.

Después de pasar una pequeña puerta metálica, que es para detener el ganado que pasta en verano, se continúa por una rampa de hormigón en forma de pista que nos lleva, poco después, a un precioso valle que desde el Pico Rigüelo hasta el Pico Llena del Bozo, forma un circular mundo de montañas, una tras otra de una belleza singular e impresionante, y casi en el medio de ellas, se halla el Pico Aspe, que con mayor envergadura que los demás capitanea este singular enclave.

El día es excelente y el ritmo del grupo formado por veintinueve montañeros es bueno, así que en poco más de 45 minutos el grupo se encuentra ya en el denominado, "embudo", habiendo realizado ya los primeros 400 metros de desnivel.

En este punto ya aparecen los primeros neveros, así que tras una breve parada para beber el grupo se mete de lleno en el embudo y después de sortear de izquierda a derecha, se prosigue por una arista sin nieve de bastante inclinación hasta donde comienza la nieve continua.

En este punto de la excursión toca colocarse los crampones, pues la nieve está bastante dura y hay una inclinación considerable, una pala de un 30 a 40 por ciento. Tras salir de la pala nos encontramos un pequeño vallecito con forma de sumidero el cual atravesamos por la izquierda ya que en verano cuando no hay nieve es una zona kárstica llena de grietas e incluso simas.

Después, directamente por la arista que separa el Aspe de la Llena de la Garganta hasta llegar al collado que está justo entre medio de ellas. Desde aquí haciendo un pequeño flanqueo por la nieve hacia la derecha estamos ya en el collado del Aspe, desde aquí solo nos queda remontar una larga pala de nieve de gran inclinación y con bastante compromiso a su derecha, pues desde ahí hay un patio considerable de unos 200 metros de caída vertical, "es mejor no dar un mal paso aquí".

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Un momento de la ascensión hacia el Pico Aspe.

Así que después de las instrucciones necesarias y asegurar todo lo posible al grupo comienza el ascenso por esta larga pala que se hace bastante duro. Después de la pala salimos a la antecima del pico Aspe y de ahí haciendo un pequeño destrepe, con un patio considerable, estamos en el collado que separa la antecima de la cima principal.

Después de este pequeño collado nos toca trepar una serie de resaltes para los que utilizamos una cuerda de apoyo ya que está todo con un hielo duro que no nos permite no dar un mal paso.

En este grupo siempre damos prioridad a la seguridad así que con mucho cuidado llegamos a la cima.

El asombro de los compañeros que no han tenido el privilegio de ascender este pico hasta el día de hoy se hace notar ya que la cima es un verdadero deleite para la vista, todo a su alrededor son cimas de diferente calado y dificultad.

Aquí mientras echamos un bocado, un grupo de chicos ha subido con unos parapentes y nos deleitan con un bonito despegue y vuelo desde la cima del Aspe que nos deja una agradable e inesperada sorpresa, la cual aprovechamos mientras comemos.

Poco después del despegue de los osados chicos, nos disponemos a bajar de esta preciosa montaña por el mismo camino por el que hemos subido y aprovechando la línea de vida que hemos dejado instalada en la zona más comprometida de la excursión.

Nos han salido unos 1.200 metros de desnivel para unos 10 kilómetros de travesía, en esta ocasión ese universo que los montañeros tenemos siempre presente en nuestra cabeza cuando ascendemos una montaña, que no es más que una gran satisfacción personal, nos ha dejado ascenderla con un día impecable de compañerismo y buen hacer.

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Los senderistas realizaron una travesía de 10 kilómetros con un desnivel de 1.200 metros de desnivel.

 

 

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