Partiendo del parking de Used en el valle de Nocito, se inició la ruta tomando un camino viejo flanqueado por interesantes tapiales, en la zona llamada Campoallá. Después de cruzar el río Used así como otros barranquitos, con abundante caudal debido a esta primavera tan lluviosa, comenzamos el ascenso por el interior de un bonito bosque exuberante de vegetación. Se trata del más oriental de los caminos que remontan hacia los Fenales desde Used, totalmente novedoso, y utilizado ocasionalmente por cazadores que tienen instalados varios puestos de oteo.
Sin salir todavía del bosque, hicimos una parada para dar cuenta de un bien merecido almuerzo. La mañana hasta entonces había sido espléndida con un sol radiante, pero algunas nubes iban apareciendo por lo alto.
Después de pasar al lado de una caseta espaldada ascendimos por los primeros prados de los Fenales. Desde la parte superior de los mismos pudimos contemplar toda la zona este de los Fenales, así como el Tozal de Guara, el Tozal de Cubillas y el Cabezo de Guara.
Una vez atravesada la pista que recorre los Fenales localizamos un gran hito y un cartel indicador, de donde parte el camino por el que seguimos ascendiendo. Enseguida llegamos a los llanos de Cupierlo. Se trata de una gran extensión de terreno kárstico donde se localizan decenas de dolinas, señaladas en los mapas como Los Hoyos de Guara.
El día primaveral había durado demasiado. Los pronósticos del tiempo no habían sido en absoluto optimistas. Daban un 60% de probabilidad de lluvia. Y por supuesto que se puso a llover, más bien a granizar abundante y persistentemente. Nos vimos obligados a cubrirnos con los chubasqueros, tan incómodos para la marcha.

Luego de atravesar dichos llanos y de cruzarnos con el camino que va de Santa Cilia a Used, llegamos al Poljé de los Abeles. Un poljé es una depresión kárstica de grandes dimensiones que en este caso tiene forma de herradura. Fuimos a visitar la fuente o pozo de los Fenales y a continuación atravesamos el poljé para salir del mismo y dirigirnos al raso de los servales (o de las cerolleras) , descendiendo a continuación hacia el refugio de los Fenales.
Allí dimos buena cuenta de nuestra comida, a la par que al lado de un buen fuego nos desprendíamos en lo posible de la humedad de nuestra empapada ropa.
La lluvia había cesado y afortunadamente nos respetó el resto de la ruta. Después de un tramo de pista descendimos por un zigzagueante sendero, pasamos por la fuente de la Paúl (o de Can de Used) y nos desviamos hacia el este para visitar la poco conocida ermita de Can de Used. Como el barranco de Abellada bajaba bastante crecido, desistimos de dirigirnos hacia Bentué de Nocito para encaminarnos hacia el parking de Used, lugar donde finalizamos la excursión, habiendo recorrido algo más de 18 kilómetros, acendido a unos 800 metros acumulados y empleado casi 8 horas.