El Néouvielle (nieve vieja, en occitano) es un macizo montañoso situado en el municipio de Aragnouet de los Hautes-Pyrénées franceses, al otro lado del túnel de Bielsa. Su suelo granítico ha sido totalmente modelado por los glaciares, el hielo ha esculpido el granito formando circos de fondo plano separados por afiladas aristas en las que destacan altas cumbres de más de 3.000 metros (Estaragne, Pic Long, Conseillers, Néouvielle, Ramougn, ...), ha horadado lagos y ha depositado morrenas, dando forma al paisaje actual. La Reserva Natural de Néouvielle fue creada en 1935. Las praderas y los páramos caracterizan esta reserva, junto con algunos frondosos bosques. Aunque lo más atractivo de esta reserva son los grandes lagos de origen glaciar (Oule, Cap de Long, Oredon, Aubert, Aumar, ...) estando algunos de ellos ya represados desde el siglo XIX.
La jornada no iba a comenzar bien: la carretera de acceso al lago Cap de Long estaba cerrada. Había estado en obras, pero nos aseguraron que iba a quedar abierta al tráfico el día 22. Error de planificación. Esto trastocaba nuestros planes y había que cambiar de itinerario. El autobús tuvo que dirigirse al parking del lago Oredon. Y allí comenzamos nuestra ruta alternativa. En el mismo parking tomamos un sendero que se dirigía hacia el este y que ascendía por el bosque de Camou mediante fuerte pendiente. El sendero estaba escalonado por abundantes losas graníticas que hubo que ir superando con algo de esfuerzo, pero ayudados por los peldaños con frontales de madera que el Parque Nacional ha dispuesto a lo largo de todo el trayecto para evitar su erosión. De momento la temperatura era muy fresca y agradable. El bosque era increíblemente frondoso con abundancia de pinos, abetos, abedules y servales, junto con una exuberante vegetación de arándanos y sobre todo de floridos rododendros que afortunadamente nos acompañarían durante toda la jornada. Después de una parada para dar cuenta de un buen merecido almuerzo, continuamos el ascenso hasta alcanzar enseguida el collado de Estoudou, mirador estratégico desde donde se pueden contemplar los profundos valles y los altivos picos y crestas que nos rodean.

Desde aquí seguimos el sendero GR10 que viene del lago de Oule, dirigiéndonos hacia el noroeste, y manteniendo la misma altura. Después de algo más de un par de kilómetros alcanzamos el lago Aumar, sin duda el más espectacular de todos. Increíble color de las aguas, escasos pero bonitos pinos en sus orillas y por supuesto todo rodeado por innumerables floridos rododendros. Asimismo grandiosas vistas del majestuoso macizo del Néouvielle. Evidente parada obligatoria para dar cuenta de nuestra comida bajo la sombra de algunos pinos en este relajante paraje.
Nuestra siguiente etapa fue descender hasta el también colosal lago Aubert (lago verde, en occitano) al que sólo nos acercamos por su orilla sur, al lado de la presa, donde tomamos un sendero por el que bajamos hacia los Laquettes. Este tramo caminando entre rocas y pinos bordeando estos pequeños lagos es espectacular y lógicamente fotogénico. Continuamos el descenso hasta el parking del lago Oredon donde dimos por finalizada nuestra ruta, habiendo recorrido 11 km, acendido a unos 500 metros acumulados y empleado casi 6 horas. El viaje de ida y vuelta en autobús inevitablemente se hizo pesado, más horas que las empleadas en la misma excursión, pero evidentemente mereció la pena por visitar esta excepcional Reserva Nacional del Néouvielle.
