“Una fiesta del fútbol, un partido bonito…pero con pasión y ganas de marcha”

Tertulia con José María Morlán, Ricardo Lapetra y Raimundo Bambó para debatir sobre el derbi Huesca-Zaragoza, analizar el presente y apelar a la “exigencia”, a la “responsabilidad” y a la “transparencia”

Miguel Ángel Blasco
17 de Marzo de 2023
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José María Morlan, Raimundo Bambó y Ricardo Lapetra.
José María Morlan, Raimundo Bambó y Ricardo Lapetra.

Son tres mosqueteros de raza. Veteranos ilustres que han visto nacer y crecer al Huesca. Que han sufrido en tiempos de penurias (económicas y deportivas) y que han gozado con las victorias y especialmente con la imborrable huella del éxito que condujo al club a la cima de la Primera División. Dos horas de conversación en el Hotel Abba dan para mucho, en realidad poco porque se necesita más tiempo para arreglar el mundo.

José María Morlán, Raimundo Bambó y Ricardo Lapetra son tres contertulios -el escribiente es el cuarto- que dan juego para una amena charla, sobre todo cuando tenemos en el horizonte inmediato un Huesca-Zaragoza que trasciende más allá de lo meramente deportivo aunque de forma reiterada se viene repitiendo desde que los azulgranas tocaron el fútbol profesional y los blanquillos se han encallado en Segunda. Y siempre, quiérase o no, este tipo de enfrentamientos a los que nos estamos acostumbrando tienen su punto picantón.

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Bambó, Lapetra y Morlan durante la tertulia en el Hotel Abba.

José María Morlán (socio número 15) fue mucho tiempo directivo de José Mari Mur y con Raimundo Bambó se tuvo que emplear a fondo, él que era hombre de números, para salvaguardar la tesorería de aquellos momentos en los que la construcción de El Alcoraz fue el sueño que se hizo realidad y que con el paso del tiempo ha sido un auténtico salvavidas para la entidad. Y en esta última época, hace ya unos años, llegó a declinar la invitación que le formuló Petón para que accediese a la presidencia. Es hombre de fútbol, de los de toda la vida, de Huesca y del Huesca.

De Bambó y Lapetra ya he hablado en más de una ocasión. También son futboleros con la etiqueta “de los de toda la vida”. Raimundo fue el arquitecto de El Alcoraz bajo el mando de Mur. El año pasado, al cumplirse los 50 años de vida del estadio, recibió un más que merecido homenaje por la impagable (literal) labor que hizo y por la pasión y empeño que puso en su trabajo. Y Ricardo, junto con su hermano el “magnífico” Carlos, hicieron honor a su oscensismo cuando se les requirió tras dejar la práctica del fútbol después de una dilatada trayectoria y arrimaron el hombro en tareas directivas para poner a disposición del Huesca su talento.

“El Huesca parece que ha enderezado la marcha. Hemos visto partidos interesantes, estamos en una posición intermedia, y el del domingo es una ocasión para poder definirse y pueda ir hacia arriba. Aunque llegar a los puestos de promoción es muy difícil”, señala Bambó.

“Lo veo y no lo veo. Me gustaría saber qué se pretende, si quedar en media tabla o si hacer un equipo con un sello de fútbol. ¿Por qué la diferencia que hay entre los resultados de casa y los de fuera? Si juegas a fútbol, eres tan bueno en casa como fuera. Todo esto viene desde arriba. Y el Zaragoza está en las mismas, está jugando la liga a descender o no descender”, dice Lapetra, que incide en la “falta de un idea de directriz de lo que se quiere”.

El mismo Lapetra no termina de entender que se hable de un plan de sostenibilidad a tres años con el dinero que ha manejado el club en los últimos tiempos y con los dos ascensos a Primera y echa mano del predicamento de Lasaosa, “si tienes cinco, gasta cuatro”, cuando muestra sus dudas sobre el presente y apela a “la transparencia” de la que tanto se habló cuando se constituyó la sociedad anónima de la cual forma parte.

José María Morlán es igualmente buen analista. Discreto e imperturbable. “Ha cambiado el guión. No es lo mismo antes que ahora. Me preocupa el hecho de que la afición se haya cansado y aburrido. Que al salir del campo no se vea alegría sino un sentimiento de haber sufrido mucho. Es peligroso que la afición se haya alejado y también que oigas que no hay dinero. El Huesca es un equipo de fútbol y lo que debe hacer el equipo es ilusionar”, afirma.

Los tres coinciden en la “numantina” defensa que supo hacer el Huesca en el partido del Las Palmas para mantener el gol que le dio el triunfo “con un público volcado” y, en cambio, lamentan que el equipo no sepa defender lejos de El Alcoraz las ventajas que ha tenido en varios encuentros.

Ahora que la temporada está en ebullición, nuestros mosqueteros no admiten el conformismo clasificatorio. “Se habla de llegar a 50 puntos con la impresión de que con eso ya se ha hecho todo lo que tenían que hacer. El año pasado, precisamente después del partido con el Zaragoza, el entrenador hizo unas declaraciones en las que vino a decir que esto se había terminado. Y nadie en el club le respondió. Alguien tenía que haber puesto orden”, lamentan.

El duelo con el Zaragoza. Ricardo Lapetra quiere que sea “un partido bonito y una buena tarde de fútbol. Tener al Zaragoza aquí es una gran cosa. Y en la situación en la que están los dos, el empate sería bueno para ambos. Tal como está la categoría, no se pueden hacer pronósticos. El Huesca está con la moral más alta y fuerte en casa, sobre todo después del 3-0 al Levante”.

Raimundo Bambó espera que “sea una fiesta del fútbol” aunque “la situación intermedia en la que están los dos equipos no parezca que presente muchos alicientes”.

José María Morlan opina que “tiene que ser un derbi, con un público que va a transmitir ganas de marcha y en el campo se tiene que ver que nos estamos jugando la honrilla. Además, al Zaragoza le vendría bien ganar porque no anda muy sobrado. Por eso el Huesca tiene que salir a por los tres puntos, que serían como una bendición. Y que nadie olvide, sobre todo en el club, que hay que buscar la mejor clasificación posible porque cada puesto supone dinero”.

En un repaso a la historia reciente, no hay dudas. “El Huesca ha hecho muchas cosas muy bien durante seis o siete años. Pero me pregunto por qué no se ha sabido mantener. Yo siempre hablo de las proporciones, de tener unas ideas fijas de antemano y un proyecto a largo plazo”, expone Lapetra.

“Siempre se ha dicho que hay que tener en cuenta lo que tenemos, lo que somos, a dónde vamos y qué proyecto queremos”, se pregunta Bambó.

“Me pregunto en qué momento el sistema que estaba funcionando muy bien ha cambiado. Y lo que ha cambiado la directiva”, observa Morlan, mientras los tres coinciden en la necesidad de que haya “exigencia”, “responsabilidad” y “transparencia” desde la dirección del club.

El mismo Morlan da su opinión sobre la evolución que ha llevado el Huesca desde su entrada en el fútbol profesional. “Fue una época muy difícil al principio, se fue salvando, hubo un descenso y se volvió a ascender y llegamos al cielo. No nos dimos cuenta de que teníamos los pies de barro y se dilapidó el dinero”. Pone también en valor la que para él ha sido en esta historia “la importante actuación de Petón”, y lamenta que después de haber visto buen fútbol “el ánimo haya ido cayendo y la gente termine aburrida”.

En la misma línea, destaca la “buena labor” que hizo Agustín Lasaosa. “Conocía de qué iba el paño. Es un hombre importante dentro del fútbol, hace falta gente como él porque mientras estuvo tenía mucha fuerza”.

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José María Morlan, Raimundo Bambó, Miguel Ángel Blasco y Ricardo Lapetra.

EL DEBATE DE LA VENTA DEL CLUB

El debate deriva hacia los comentarios que hay en torno a la posible venta del club o refuerzo del accionariado para la entrada de capital. Lapetra y Morlan consideran que es necesario. Es más, indica el segundo, “lo que veo peligroso es no venderlo. Si no viene alguien con ganas de echarlo adelante, lo podemos hipotecar”.

Bambó tiene sus dudas, “a mí me da miedo que alguien se lo quede y entremos en esa dinámica que hemos visto en muchos clubes. Y me pregunto qué representatividad tenemos los socios del Huesca”.

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