La trayectoria del Huesca en la presente temporada, además de por el abultado número de empates que ha conseguido, ha estado marcada por una regular irregularidad (o viceversa). Como dijo Ziganda, el equipo nunca ha perdido ni ha ganado dos partidos seguidos. Y también es cierto que, salvo el Zaragoza en La Romareda, ningún equipo le ha pasado por encima a los azulgranas. Además, atendiendo a la cosecha de puntos, se puede observar en los dos cuadros adjuntos sendos baches muy marcados.
Si repasamos la trayectoria del equipo cada diez partidos veremos que en la primera decena suma 15 puntos; en la segunda añade 12 puntos; en la tercera consigue 13 más y en la cuarta y última emplea diez partidos para cosechar tan sólo 9 puntos. De ahí el retraso en lograr una permanencia que en la jornada 30 parecía encarrilada con la novena plaza de la clasificación.
En esas diez jornadas el Huesca acumuló una victoria, seis empates y tres derrotas, con siete goles a favor y once en contra. Una racha muy negativa que se soportó gracias a la ventaja adquirida con los puestos de descenso, aunque el último partido en El Alcoraz ante la Ponferradina, pese al empate, sirvió para garantizar una calma que hasta entonces era más ficticia que real porque siempre sucede que en las últimas jornadas los equipos de abajo sacan más puntos que los que venían obteniendo.
Fue una situación calcada a la de la primera temporada en Segunda (2008/2009), cuando a falta de tres jornadas, y después de diez semanas sin ganar, se afrontaba el partido contra el Sevilla Atlético como una reválida, aunque la derrota del Celta el día anterior convirtió la final en un trámite que el Huesca solventó con claridad (3-0).
Si nos fijamos en la marcha del Huesca en su tránsito de 10 en 10 puntos, también observamos una caída semejante. La primera decena se sumó en siete partidos y para alcanzar los 20 puntos se necesitaron 13 jornadas, con lo que el promedio era bueno y se ocupaba la novena posición en la tabla.
Después el equipo se frenó un poco porque los 30 puntos se alcanzaron en la jornada 23. Se iba a punto por partido y el equipo se iba descolgando de las plazas de play off. La tendencia mejoró bastante a continuación porque los 40 puntos se lograron en la jornada 30, con 10 puntos en siete encuentros que mantenían a los de Ziganda en la novena posición.
Pero fue entrar en la ‘cuarentena’ y caer por una tobogán que le alejaba definitivamente de las seis primeras plazas y en el que para superar la barrera de los 50 puntos que ratificaban la salvación con mejor sabor de boca hubo que esperar a conseguir la victoria el pasado sábado en Lugo (1-2), aunque ya se había logrado la permanencia la semana anterior contra la Ponferradina (1-1).
En estos últimos once partidos el Huesca ha sumado 11 puntos, con un balance de dos victorias, seis empates y tres derrotas que le han dejado con 52 puntos y a la espera de lo que suceda en el último choque en El Alcoraz contra el Eibar.
Se podría concluir que el Huesca ha ido navegando por un mar con olas de escasa altura (ha sido el rey del empate), en el que a una pleamar le sucedía la bajamar correspondiente. Después de un tropiezo el equipo era capaz de frenar la caída pero le faltaba el impulso necesario para levantarse con la fuerza suficiente para agarrarse a los puestos con premio.
Y todo eso, aunque sea muy evidente, por la mala racha del equipo lejos de El Alcoraz, ya que en Lugo sumó su segunda victoria después de aquella en Oviedo. Como local el Huesca sería sexto con 36 puntos, pero como foráneo estaría el sexto por la cola, contando con los tres puntos de Lugo.