En Juan Carlos Unzué, en apenas unos minutos, se detecta una serenidad de espíritu que se refleja en el título de su libro: "Juan Carlos Unzué. Una vida plena". Desprende sosiego y vitalidad, acechado como está por los efectos de esa enfermedad terrible que es la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Cualquier atisbo de mirada misericordiosa se disipa tras cruzar las primeras palabras con él, como las que ha mantenido la consejera María Victoria Broto o el resto de autoridades, como esos minutos mágicos de ayer en el homenaje que recibió. Es más, tiene un aprecio tan singular por la Quebrantahuesos que en cinco ocasiones ha recorrido.
Este sábado, en línea de meta, ha compartido un pequeño aparte con EL DIARIO DE HUESCA, extraordinariamente amable, sin perder un instante la sonrisa en su gesto. Niega ser modelo de nada, si acaso testigo. "No me gusta la palabra ejemplo, sinceramente. Al final, cada uno tenemos nuestra forma de ser, ¿no? Pero sí es verdad que yo lo que cuento son mis experiencias. Lo que a mí me ha ayudado y entiendo que a mucha gente le puede ayudar también. Como mínimo, a reflexionar, y a tomar decisiones más concretas y más efectivas".
Su visión, y las palabras que emanan de su boca, desprenden mucha paz. "Yo creo que todo parte de la aceptación. De la aceptación de algo que ya no puedes controlar, que no puedes cambiar, y que es ese diagnóstico de ELA. Yo, por suerte, lo recibí o lo sentí desde el primer momento de forma natural. Entonces, lo que sí puedo asegurar a todo el mundo es que, una vez que tú aceptas algo que no puedes controlar, que no puedes cambiar, estás preparado perfectamente para poder jugar esas malas cartas que tenemos, y no nos podemos engañar, de la mejor forma posible".
Asegura el que fue gran portero y excelente entrenador que no ha variado su personalidad. "No he tenido el duelo. Yo sigo siendo el mismo que el día de antes del diagnóstico el resto de los días. Y espero mantener esta actitud el resto de los días".
Juega a su favor, precisamente, la riqueza de su experiencia vital. "Yo tengo la tranquilidad de que he tenido una vida plena, con 55 años vividos a 'full', y eso, repito, me da mucha tranquilidad".
Envía un consejo, desde sus vivencias, a los deportistas de la Quebrantahuesos y de cualquier modalidad deportiva. "Que disfruten, al final ayer les dije que aquí están sin que nadie les ha obligado, es una decisión propia, lo haces porque te gusta, porque disfrutas con ello. En este caso a través del sufrimiento, pero así es la vida".
