Fernando Esperanza (Intec-Zoiti) ha hecho marca personal en Valencia con una buena sonrisa y Pablo Salaverría (Hinaco Monzón) no ha podido disfrutar de la carrera, si bien podrá recordar esta prueba con el dulce sabor que le deja poder decir que su hija Lucía “ha nacido con un maratón debajo del brazo”. En efecto, el atleta de Phondy tuvo un inesperado contratiempo en la madrugada del sábado puesto que su mujer, que le acompañaba en este viaje, dio a luz cuando todavía le faltaba un mes para salir de cuentas.
Una circunstancia que descentró por completo al atleta, en vela toda la noche, atendiendo al parto y que a duras penas ha podido completar los 42 kilómetros por los nervios y el estrés de unas últimas 24 horas trepidantes desde el punto de vista emocionial. Ha llegado “andando”, en palabras de su entrenador, después de sufrir un auténtico calvario desde el kilómetro 15, momento en que ha caído en picado y sin posibilidad de recuperar. Así las cosas, Salaverría se queda con el trabajo hecho los últimos meses, que a buen seguro le servirán para retomar este reto, que queda pendiente para el año que viene.
El zoitista Fernando Esperanza ha logrado mejorar su marca personal en su cuarto maratón para cubrir el maratón en un tiempo de 2.24.29. Ha bajado 40 segundos su registro personal (estaba en 2.25.08 desde Frankfurt en 2019) y quiere seguir luchando en la distancia para intentar batir el récord del club que tiene José Carlos Ciprián en poco más de 2.23.31.
“Ha sido una carrera muy peleada. He hecho la primera media en 1.12.20 y la segunda en 1.09. He llevado un ritmo muy sostenido, he visto que era el mío, me hubiera gustado más rápido para intentar el récord, pero ha sido mejor mantenerlo porque no sé qué habría pasado”, ha señalado el Peke tras la prueba. Ha comentado que ha habido un momento especialmente delicado, “en el kilómetro 33-34, y tras un mal apoyo, he tenido un amago de que me subía el isquio y lo he podido salvar. He tenido la cabeza fría, me he enganchado a un grupo en el que iban unos alemanes y en esos últimos cinco kilómetros he terminado mejor. Es una prueba tan larga que aparecen cosas en todo momento”, ha indicado.
Ha completado así su cuarto maratón, tercero en Valencia. En sus dos anteriores pruebas a orillas del Turia había corrido en 2.29. Y este domingo ha rebajado sustancialmente para mejorar su participación en Frankfurt hace cuatro años. Y ha recordado que en Barcelona el pasado mes de febrero vivió una experiencia idéntica a la que ha tenido Pablo Salaverría. En aquella ocasión, también viajó con su mujer a la Ciudad Condal porque le faltaban tres semanas para el nacimiento de su hijo pero se adelantó y entonces decidió no correr.
Ahora toca descansar, dice que le gustaría ir a por otra maratón en primavera, si bien tiene también el compromiso de hacer la liga nacional de duatlón con el Hinaco CC Monzón. “De momento, vamos a disfrutar de lo conseguido hoy y a recuperar”, concluye.